Por un pleito Mi esposa y yo descubrimos el verdadero placer - Relatos Eróticos

Por un pleito Mi esposa y yo descubrimos el verdadero placer

Hola amigos mi nombre es Andrés tengo cuarenta años y mi esposa se llama Claudia, también de cuarenta, ella es estilista y como la mayoría de las estilistas le gusta siempre andar muy bien arreglada.
 ella es bajita apenas uno cincuenta, es más bien gordibuena, senos grandes talla treinta y cuatro c, nalgas paraditas y piernas bien torneadas, a ella le encanta mucho salir a los bailes y a mi no tanto ya que mi horario de trabajo es muy exigente y generalmente llegó a la casa cansado y los fines de semana lo que quiero es descansar, el caso es que cierto sábado estábamos discutiendo por esa cuestión ya que yo no quería salir y ella me dijo que se iría sola y que si se encontraba a algún hombre que la invitará a bailar y después a cenar ella no se negaría.
así que se baño, se puso una tanguita rosa, un vestido rosa súper cortito,  sin sostén, unos tacones altos, se maquillo y salió muy enojada, se miraba muy putona y la verdad en cierta manera yo me quedé tranquilo por qué no tuve que salir así que me bañé y me acosté a dormir, serían como las cuatro de la mañana cuando ella llego bastante tomada y me desperté, se miraba alegre, y con una sonrisa pícara en la cara, yo le recrimine la hora de llegar y ella sin dejar de sonreír se levantó el vestido de enfrente y me mostró su tanga con una mancha húmeda enfrente, y me dijo que todo era mi culpa y sin más se metió a bañar, cuando salió de la regadera yo le pregunté que que era lo que había pasado y ya en la cama me empezó a ...

... contar todo con lujo de detalles, sería por el alcohol que había ingerido o tal vez por la exitacion que traía pero estaba bastante desinhibida, resulta que en el baile conoció a un tipo y estuvo bailando y tomando con el toda la noche, al finalizar el baile el no le permitió que llamara un Uber y se ofreció a traerla de regreso a casa pero antes de llegar el se detuvo en una calle oscura y comenzaron a besarse, el le bajo los tirantes del vestido y comenzó mamar sus pechos mientras ella masajeaba su verga por encima del pantalón, después de un rato el saco su verga y ella comenzó a mamarla mientras el introducía sus dedos en su vagina, mientras ella me contaba todo esto yo tenía una cara de furia, pero en eso ella se acercó para darme un beso y pedirme perdón y se dió cuenta que bajo las cobijas yo escondía una terrible erección como hacía tiempo no tenía, ella me quito las cobijas y comenzó a mamarme la verga yo estaba entre enojado y exitado, después de unos minutos ella me preguntó que si quería que me siguiera contando, yo solo asentí con la cabeza y ella continuo relatandome todos los detalles, sin dejar de mamar, yo le pregunté que más había pasado y ella me preguntó que si quería saber si se la había cojido, yo le dije que si y me respondió que no, que solo se la había mamado asta que lo hizo terminar con su boca y se había comido toda la leche, después se me monto encima y ella sola busco mi pene para guiarlo asta su vagina y comenzó a cabalgar empalada en mi verga, yo ...