1. Una noche con Dave - I


    Fecha: 26/11/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Leon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Dave (D.) y yo nos conocíamos de muy jóvenes. Y había algo entre ambos que nos atraía, aunque nada concreto. Creo que nos gustábamos pero el me evitaba. Años después el y su familia visitaron un fin de semana una casona que yo cuidaba. Como eran muchos, en la primera noche los acomodé como pude … Y esa noche nos tocó dormir juntos. Nos acomodamos en un colchón en el suelo. Al poco todos dormían, incluyendo a D. Me apreté contra su cuerpo y le fui bajando el calzón. Al principio D. se opuso, ofuscado, pero poco a poco cedió. Con mi nano sobé su verga un rato susurrándole los juegos de antaño de papá y mamá. Le separé un poco las piernas, no sin su oposición, hasta que al fin se abrieron un poco. Allí pasé mi ano en su peludo vergón y huevos. Entre la maleza el dedo ensalivado llegó a su ojete. Y ahí recuerdo que sentí la pija ponerse dura. D. estaba nervioso, pero noté que su pija también se ponía un poco dura. Ya sabíamos de que se trataba. Le di un beso, pero D. se asustó esquivando su cara. Volví a ensalivar los dedos y al dedeo en el ojete. D. estaba entre nervioso y excitado. Le sobé bolas y verga y ésta ya se puso dura. Me incorporé sobre su cuerpo, y sin más me metí su pija en la boca. D. lanzón un gemido. Intentó rechazarme, asustado, pero me mantuve, chupando torpemente su polla. De arriba hacia abajo, con calma. D. temblaba y susurraba. - Pero, qué haces? Yo seguía en lo mío, y notaba que su pija se hacía más dura, mientras aprovechaba la saliva para seguir abriendo ...
    ... su ojete. D. temblaba, creo que más caliente que asustado. Me fui frotando mi pija, ya fuera del calzón. Ahora pasé a su boca y le di un largo beso. Esta vez no se opuso. Creo que el susto pasó a la curiosidad sexual. Hice una pausa y fui sigiloso al baño, volviendo con una crema. Me puse sobre él. Froté mi sexo con el suyo, ambos ya erectos. D. gemía quedamente pero seguía renuente. Con dificultad le abrí las piernas y le apliqué una buena dosis de crema, lo mismo que a mi pija. D. no se movía, como resignado. Tomé la punta y la presioné sobre el ojete. D. gimió. Más cremas. Otro intento. Ahora si la gorda punta se abre paso. D. se estremece. Voy empujando poco a poco, y el falo va invadiendo la estrecha gruta del amor de D. D. jadea, pero sigue quieto, como desafiando m lujuria. Saco el falo y vuelvo a arremeter. Ruta estrecha. Más empujón, y al fin el tronco entra triunfante. Lentamente meto y saco el falo en su rico y apretado ano. Respiro bien caliente. D. también, pero sin decir nada. Beso sus téticas, cuello y cara, aunque D. evita la boca. Aumento el ritmo. Bolas contra nalgas. Ahora toda la gruta invadida. Susurro a su oído: Que culo tan rico, nene! Cerdo! Me responde. Como gimo un poco más duro, al pobre D. le toca buscar mi boca para que me entretenga con besuqueos sin despertar a los demás. Le subo sus piernas contra sus hombros y así lo penetro tremendamente. D. se asusta con el sonido de la cópula, pero esta vez no cedo. Sudo a chorros mientras devoro tan rico ...
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