El espejo (III) - Relatos Eróticos

El espejo (III)

Los siguientes días fueron de aprendizaje para Daniel: depiló su cuerpo, comenzó a comportarse mas femenino, le entregaron tangas y ropa de cama suave, comía en el bar del burdel ante la atenta vigilancia del personal de seguridad, no tenía permitido hablar con los demás, realizaba una rutina de aeróbicos junto a algunas de las “chicas” por una hora al día, a las 5 de la tarde tenía que estar en su habitación para recibir clientes, al inicio fueron algunos viejos que eyaculaban rápidamente, pero al parecer tenían dinero, Roberto iba a verlo una vez por día pero no tenían sexo, solo le hacía la misma pregunta: Me diras la verdad? y ante el silencio de Daniel se retiraba.

-Hoy tendrás un servicio especial Dani- dijo Tony luego de una semana.

-A qué te refieres con especial?- Daniel dijo desde la cama.

-Hoy tendrás varios clientes a la vez y muy rudos, así que descansa bien para que los dejes satisfechos.

-Lo haré

Las horas pasaron y llamaron a su puerta, al abrirla vio a 3 hombres jóvenes vestidos como militares, Daniel solo vestía un camisón negro y una tanga roja.

-Hola, ¿tú eres Dani? no?- preguntó el más alto de los militares mientras los demás se acomodaban en la habitación.

-Si yo soy Dani, y ustedes quienes son?- Daniel no ocultaba su nerviosismo.

-Somos tus clientes de hoy, Tony nos dijo que eras capaz de atendernos a los cinco- dijo el más moreno de los militares.

-Si Tony lo ha dicho, pues creo que tendré que atenderlos como gusten- Daniel ...

... se sentó en la cama.

-Segura que podrás con los tres?- preguntó el mas delgado de los militares.

-No sé, pero creo que haré mi mejor intento

-Llevamos 2 meses sin salir del cuartel, así que tenemos los huevos llenos de leche- dijo el más alto.

-Bueno, quieren empezar de una vez?- Daniel se recostó en la cama.

-Sí, hace tiempo que no cachamos culo de marica, es más el flaco nunca a tenido sexo con una maricón como tú- dijo el moreno.

-Bueno entonces flaco ve a darte una ducha y vienes a la cama conmigo- Daniel señaló al militar coquetamente- Ustedes dos pueden beber algunas cervezas mientras les toca su turno.

-No queremos turnos, queremos hacértelo a la vez los tres.- el alto sentenció.

-Bueno entonces los tres dense una ducha pero primero quiero estar con el flaquito que me gusta.- Daniel dijo sonriendo- Ya después hacen conmigo lo que quieran.


La habitación se llenó de risas mientras los tres militares se desnudaban e iban al baño a ducharse.

-Ya te echo el ojo flaco, la has conquistado a la mariquita, demuéstrale lo macho que somos en el ejército.- dijo el moreno empujando a su compañero luego de la ducha.


Daniel se acercó al joven soldado y le dio un beso en un la mejilla derecha, luego fue besando su musculado pecho y bajó hasta los vellos de su entrepierna, con su lengua empezó a buscar el glande que ya asomaba y poco a poco el pene fue adquiriendo rigidez con la caricias de la puta, se recostaron en la cama para estar más cómodos ...