La hija de mi vecina
Fecha: 24/12/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: iccs, Fuente: SexoSinTabues
... un fino bello en su concha. «Hoy te rompo la cola por los championes, y la semana que viene, te elegís un buen vaquero y te rompo la concha», le dije acariciando todo su cuerpo desnudo, «sí, hacemos así, antes que me cojan gratis, le saco provecho», dijo, dejando que la acomode en el borde de la cama sacando la cola para afuera. Le abro las nalgas y le veo el ojete rosadito y bien cerrado, nada que ver con el de su madre. Le pasé vaselina, me ubique detrás de ella y se la empecé a meter, «hayyyyyy, espera que me duele, me duele mucho», me decía, «aguanta, esto es un negocio», le dije, empujando y metiendo toda mi pija en su cola. «Sacala que me cago, sacala que no aguanto, me cago», me pedía, «ya está Mercedes, ya la tenes toda adentro y si te cagas no hay problema», le dije ignorando sus pedidos de que se la saque, de que le dolía y se cagaba. Despacio la empecé a mover para los costados, en círculos, la sacaba un poquito y la volvía a meter. «Como me duele el ano», no paraba de quejarse Mercedes. Yo empecé a sacar más mi pija y se la volvía a meter, escuchando los ...
... quejidos de Mercedes. En un momento, cuando la saco, había una linea marrón en mi pija, cada vez que la sacaba, había más caca, «Mercedes, te estás cagando», le dije sin dejar de sacar y meter mi pija en su cola. «Sí, me duele y no aguanto las ganas de hacer caca», decía dando fuertes quejidos. No es que estuviera disfrutando de la situación, como ella vino directo a ofrecerme su cuerpo a cambio de algo, yo lo tomé como un negocio, nada mas. La seguí cogiendo, sacando mi pija cada vez mas sucia de su cola, hasta que me acabé dentro de ella. «Me reventaste la cola», me dijo viendo mi pija toda sucia, y como le caía caca al suelo sin poder retenerla, «no, sólo te la rompí como cualquier otro hubiera echo», le dije agarrando dos toallas del ropero y dándole una a ella para limpiarse. «Y cuando me rompas la concha, va a ser igual?», me dijo yendo al baño, con la toalla entre sus nalgas. «Eso depende de vos, si venís en plan negociando, va a ser una cosa, ahora si venis mimosa, eso ya es distinto», le dije metiéndome a la ducha, mientras Mercedes seguía sentada en el inodoro.