El día que el morbo se apodero de mi - Relatos Eróticos

El día que el morbo se apodero de mi

Era un hombre normal de 48 años viudo con una hija adorable de 15 años de edad, una tarde de verano con 37º de temperatura estaba yo en la piscina de casa y de pronto ella con una bikini de esas que no dejan ver nada pero insinúan todo apareció en escena, su cuerpo joven esbelto lleno de vitalidad provocó en mí mucho morbo, trate de contenerme pero no pude hacer nada al respecto, mi erección era tremenda imposible se ocultar pero en ningún momento lo intente sino todo lo contrario quería que ella se diera cuenta y así paso, clavo su mirada en mi erección llamándole poderosamente la atención a tal punto que mirándome a los ojos me dijo, PAAAAA que te esta pasando que se te nota excitado y esbozó una pequeña carcajada, me puse nervioso a mi edad pensé que ese tipo de situaciones no me pondrían nervioso pero ocurrió todo lo contrario, no sabia que responder y opte por lo mas normal, decir lo que sentía realmente y le dije verte así con esa bikini despierta el morbo de cualquier hombre no importa la edad eso es lo que me esta pasando, ella respondió con total naturalidad. Entiendo papá y me gustaría poder ayudarte se que as estado solo mucho tiempo pero nada puedo hacer; mi pene estaba a punto ...

... de estallar y solo se me ocurrió decirle, hija con solo mirarte me conformo, mirar tu cuerpo me llena de vida y si lo viera desnudo mas aun, su mirada cambio para transformarse en una mirada de mujer y sin emitir sonido alguno se quito el corpiño dejándome ver sus hermosas tetas y dijo, así puedo ayudarte? mientras tanto me armé de coraje y saque del short mi pene duro como en pocas oportunidades lo tuve masturbándome lentamente frente a su mirada aniñada tímida y a su vez de mujer, me acerque y le pedí que lo hiciera ella tomando su mano y poniéndola sobre mi pene, supo hacerlo bastante bien pero al sentir su mano mas ganas me dieron y comencé a lamer una de sus tetas, eso la puso hot, baje a su entrepierna quitando su bikini y lamiendo su vagina como un adolescente en su primer contacto sexual.
Sus gemidos me apabullaban me puse de pie frente a ella tomándola de las caderas la lleve al sillón donde la sente sobre mi para poder penetrarla con mas cuidado, ya no podía dilatar mas ese momento era ya hora de terminar con su virginidad y así sin pedirle ni pensarlo la penetre como a una puta cualquiera dejando en su interior toda mi descarga de semen caliente que con tanto placer lo esperé.