Dia de duelo. - Relatos Eróticos

Dia de duelo.

... Ya conociste a alguien?- preguntó. No, pero tengo ganas...una mujer tiene necesidades también, conocés a alguien para presentarme que le interese?. Casi me arrepentí de tanto atrevimiento. Por el contrario él me tomó del mentón y sin ningún decoro invadió mi boca con su lengua. no se si era por lástima de uno al otro, pero casi automáticamente nos fundimos en manoseos y besos de lengua de esos que mas que pasionales son morbosos. Imaginé que me tomaba como el antojo de cogerse la hija de quien fue su hembra y yo jamás me había podio sacar la imagen de aquella pija, tan dura, larga, negra, gruesa y llena de nervios. Sentí que mi vestido ya estaba arriba de la cintura y mi cara llena de baba, sonaban los besos y los pedidos de deseos con promesas descaradas. "Debes tener lindos jugos de concha, me los voy a tomar todos, pero antes me la vas a chupar y pasártela por esa linda cara". Llegué al dormitorio casi en bolas y el revoleó la ropa tirándose sobre mí y ahí sentí la pija soñada apoyada por casi todo mi estómago. "No aguanto, después me la chupas"...me penetró y le pedí que fuera despacio, sondeó ...

... mi canal vaginal hasta que la sentí toda adentro y empezó el vaivén..no paraba de ahogarme con su lengua y cuando quería retirar su lengua de mi boca arremetía yo, rodeándolo con las piernas por su cintura, mis brazos por su cuello y mi lengua lamía su rostro recibiendo sus escupidas. Las veces que me cogí tu madre pensando en vos...mi cuerpo ardió de mayor calentura, me retorcí hacia adelante pidiéndole entre gemidos que me rompiera la concha, que haría todo lo que me pidiera y que me llenara de leche. Descargó de manera impresionante, cayó rendido tanto o más que yo, nos bañamos juntos, nos limpiábamos mutuamente sin culpa de nada. Me dijo que era una puta y yo que él un degenerado y que las putas cobran y que con él nó, pero si me quería para alguno de sus amigos estaba dispuesta. Todas cosas de la calentura..me tomó de la cabeza e hizo arrodillar pensé que quería una mamada cunado me invadió en el rostro su tibio pis. Al otro día como nunca me desperté casi al mediodía, cuando sentí que me estaba chupando el culo y sus hermosos bigotes abrían mis nalgas. Mamá(pensé), que bien elegías los machos.