La amiga de mi novia - Relatos Eróticos

La amiga de mi novia

En ese entonces tenía 27 años y ya ocupaba un puesto directivo, mi secretaria que cubría el turno de la tarde había renunciado y necesitaba un reemplazo, Ana, mi novia, me recomendó a Patricia, amiga de ella, una mujer de 39 años, casada, con dos hijos adolescentes, el día que llegó a la entrevista causó revuelo entre el personal masculino, cabello negro rizado, largo, muy atractiva, llevaba traje sastre negro, falda de lápiz, medias negras, tacones y una blusa blanca, la entrevista era mero trámite por la recomendación, le dije cuáles eran sus deberes, le asigné un lugar fuera de mi oficina y de inmediato se puso a trabajar, se presentó con le personal que aún se encontraba en la oficina, acomodó algunas cosas y al poco rato entró a mi oficina para ofrecerme un café, ya estaba sin saco lo que me permitió admirar sus curvas, cintura pequeña, caderas anchas, nalgas redondas, tetas grandes, redondas, muy cachonda.

Su vestimenta variaba en colores pero no en estilo, generalmente usaba faldas ajustadas excepto los viernes que usaba jeans igualmente ajustados que causaban sensación. Varios colaboradores habían intentado invitarla a salir pero habían sido rechazados.

Un buen viernes me quedé para concluir un trabajo, el personal poco a poco empezó a retirarse, cerca de las ocho de la noche entró a mi oficina para ofrecerme su ayuda, carajo, desde que llegó no pude evitar voltear a verla cada que se levantaba, jeans blancos que de tan ajustados le partían las nalgas y el ...

... coño, blusa mas ajustada que de costumbre en la que se vislumbraban sus redondas tetas, acepté su ayuda, más que por necesidad para seguir viéndola, ,me ayudó a integrar varias carpetas con los documentos que iba concluyendo.

Cerca de las diez de la noche terminamos, se dejó caer en la silla frente al escritorio, levantó los brazos en señal de victoria haciendo que sus tetas se irguieran, realmente eran espectaculares, ya liberada la tensión del trabajo, preparó dos cafés e inició la plática, me contó que su esposo trabajaba en una constructora y que viajaba mucho por eso, que en ocasiones, como la de ese día, llevaba a sus hijos con él, que ese trabajo le había permitido viajar, sacó un montó de fotografías de su bolsa y me las mostró, en casi todas estaba con la familia, me llamaron la atención varias fotografía de playa, se veía buenísima con bikini, especialmente varias de ellas en las que aparecía tumbada bocabajo, sus tetazas descansando en la arenas mostrando un poco de su aureola y sus nalgas divididas por el biquini, ella se dio cuenta y sólo se rio, la plática derivó a mi relación con Ana, le contesté con generalidades, y con reserva por el giro que tomaba la conversación le dije que ya era hora de irnos, me levanté, tomé mi saco y me lo puse, le ayudé a ponerse el suyo, la vista de sus nalgas desde arriba me excitó demasiado, le pedí que me ayudara a apagar las luces y al salir nuestros cuerpos chocaron, sentir sus tetas en mi pecho me excitó aún más, así que ...