¡Salud!
Fecha: 29/12/2017,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: facmat, Fuente: CuentoRelatos
... no había sido vista por más de una semana, los miembros sintieron un repentino temor. Y cuando descubrieron entre los desechos un anillo que llevaba la mujer, se dieron cuenta de golpe lo que estaban mirando.
Los otros propietarios trataron de mantener el evento en secreto, pero se corrió la voz. Sin embargo, las reacciones de los miembros no fueron lo que se esperaba. Una pequeña chica preguntó en voz baja cuando estaba programada la próxima comida de la serpiente, y el día señalado, ella se acercó a la puerta de la jaula, vistiendo sólo una bata. Con una mirada silenciosa y suplicante se dirigió al encargado de la jaula, quien se levantó y salió de la habitación. La chica se desabrochó la bata, dejándola caer al suelo detrás de ella, abrió la puerta de la jaula y entró con la serpiente. La pesada puerta se cerró tras ella, encerrándola dentro. Se acercó a la charola de alimentos, miró nerviosamente a la serpiente y se acomodó lentamente en la charola del animal.
La serpiente se acercó a la chica y comenzó a husmearla con su bífida lengua, rodeándola mientras tocaba sus piernas y cintura. Se enrolló varias bobinas alrededor de ella, tomó sus pies con su hocico y la comenzó a tragar. Ella no pareció resistirse a que empujara sus mandíbulas por sus piernas, y calmadamente observó al reptil devorándola. Pronto su abdomen estaba completamente dentro del elástico cuello, con el hocico abierto para tragarse sus pechos. La serpiente seguía empujando más arriba al alrededor ...
... de ella, su cuello se abultaba con su cuerpo, hasta que sus brazos estaban directamente al lado de su cabeza. La chica se quedó mirando el hocico de la serpiente, su pesado aliento entraba y salía de su boca abierta, y luego se fue. Sólo era otro gran bulto se movía lentamente hacia el estómago del reptil.
La digestión empezó rápidamente, y se podían oír las náuseas y el vómito de la chica en el vientre de la serpiente. Sus sonidos se convirtieron en gritos cuando los poderosos fluidos digestivos se vertieron sobre ella, y continuaron durante varios días mientras la serpiente la digería viva. Una semana después, se encontraron heces frescas, con pliegues húmedos de pelo rubio, la única parte de ella que había sobrevivido intacta al proceso digestivo de la serpiente.
No se le dio publicidad al fenómeno del club, pero una lista de los horarios de alimentación se colocó silenciosamente junto a la jaula. La gente comenzó a poner sus nombres en ella, uno al lado de cada fecha de alimentación, en su mayoría mujeres. Desde ese momento, la serpiente se había alimentado bien, con una nueva voluntaria entrando en la jaula cada mes. No hubo escasez de voluntarias dispuestas a entrar en la habitación.
La serpiente trataba a cada mujer suavemente, a veces enrollándose alrededor de ella si parecía renuente a tumbarse en la bandeja de comida por su cuenta. Entonces tomaría sus pies en su boca, o su cabeza si ella lo prefería, y empezaría a estirarse suavemente sobre ella. Trataría a ...