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El bosque encantado
Fecha: 04/01/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Cosa de locos. Cuando veo una nena así me vuelvo loco. Nunca pude entender por qué. Las gorditas me enloquecen. A mí me gustan todas, altas, flacas, petisas, rubias o morenas. Como vengan. Pero cuando veo una nena así rellenita, con buenas tetas y culo genial me recontra caliento en dos segundos. Y eso pasó. Salí del ascensor en planta baja y ella estaba esperando para subir con su mejor sonrisa. -Buenas tardes. -Buenas tardes. Casi quedo mudo. Una nena de unos 25 años, morochita, cutis blanco, ojos negros y golosa de todas partes, con una sonrisa de labios y ojos maravillosa. ¿Qué es lo que pasa? Justo eso. Me calienta. ¡Se me para! ¡Me pone loco! Y eso siempre, desde adolescente. ¿Viviría acá? Nunca la había visto antes, nunca. ¿Vivirá acá o estará circunstancialmente de visita? Aunque nadie le abrió la puerta del hall. ¿Tendría llave? Entonces vive aquí. ¡Qué sé yo! Vivo hace 6 años pero no conozco a casi nadie. Solo el saludo, nada más. En fin, paciencia. Pasó casi una semana. ¡Gloria a Dios en las alturas! Esta mañana, más o menos a las 9, bajaba en el ascensor y se detuvo en el 4º. Y subió ELLA. -Buenos días. - La misma encantadora sonrisa. -Buenos días señorita. - Tendrá que vivir aquí. No podría ser de otra manera para bajar a las 9 de la mañana. Abrí la puerta del hall, la dejé pasar, me dio las gracias y seguí su culo con la mirada hacia la parada del bus. Yo fui hacia el estacionamiento. Al día siguiente volví a bajar a las 9… No pasó nada. Pero ...
... sí al tercer día. Me fije bien la hora: 9:10. ¡La hora de la verdad todos los días hábiles! Pero esta vez sí me presenté. -¿Somos vecinos? -Sí. Hace 3 semanas que vivimos aquí. - ¿“Vivimos”? ¿Será con el marido? -Es un placer “señorita”. Me llamo Daniel. -Yo soy Ariadna. Si me llama Adriana, como la mayoría, no me voy a ofender, ya estoy acostumbrada. - Sonrisa siempre maravillosa. -Tal vez no me equivoque. Usted puede llamarme Dany, o che, o vos, o como quiera, de cualquier manera viniendo de usted estará bien. -¡Jajaja! -Bueno, adiós Daniel, hasta mañana. -Hasta mañana. - Ojalá sea así. De esta manera no pasaría nada. Tenía que volver a viajar en el bus. Lo había dejado porque ahora venía muy lleno y tenía que viajar parado. Si no lo hacía no iba a poder intimar con ella. ¡Así que viajaría parado! El próximo día que nos encontramos fuimos ambos hacia la parada. -¿Le pasó algo a su auto? - Ella también había observado en que viajaba yo. -No. Nada. Lo que pasa es que solo voy en él cuando tengo algo que hacer antes o después de la oficina. - Mentí. - Generalmente viajo en el bus, aunque viene muy lleno. -Pero es puntual. -Sí, eso es cierto. Esto terminamos de hablarlo ya en viaje, parados y bastante apretados, aunque yo trataba de no irme encima de Ariadna. No quería que se sintiera incómoda junto a mí. Intercambiamos información de trabajos, horarios, oficinas. Varios días después de viajar juntos, le dije como al pasar que vivía solo, pues mi esposa había ...