El Fenómeno
Fecha: 13/01/2021,
Categorías:
Dominación / BDSM
Tus Relatos
Autor: Fer, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Leo sentía que su vida era terriblemente monótona. Era un hombre de mediana edad que, por un lado, había logrado todo lo que se había propuesto: trabajó en lo que quiso desde muy chico, había conseguido completar una carrera después de largos años de estudio, compartía con su pareja importantes objetivos, entre ellos emigrar y formar una familia. De todas formas, muy dentro de él sentía que algo faltaba. En lo más íntimo se sentía un fenómeno; estaba consciente de su bisexualidad y algunas ideas locas le giraban por su cabeza.
Se había criado en una familia nuclear de clase media. Papá, completamente ausente, al que solo le interesaba pasar todo el día en su comercio. En el hogar siempre estaban su estricta madre y su hermana, un par de años mayor que él. Mamá procuraba cumplir con sus obligaciones de una forma práctica y hasta algo mecánica. Dejaba a sus hijos en una fría escuela, hacía las compras, limpiaba la casa y cocinaba. Antes de que su marido llegara, ya tenía la comida lista y debía tener a los niños preparados para dormir. Para bañarlos, se dio cuenta de que si los metía juntos a la bañera iba a ahorrar mucho de su valioso tiempo que podía emplear en otras cosas. Entraba al baño esporádicamente para vigilar a sus hijos y economizaba exageradamente su tiempo, orinando con ellos presentes. Leo veía que su mamá y su hermana no eran del todo igual a él, ¡no tenían pito! Eso lo turbaba un poco, ¿por qué ellas eran diferentes? Su papá jamás dejaría que él lo ...
... viera sin ropa para saber si tenía lo mismo que él entre las piernas. Veía como el pis emanaba de la vagina de su madre, no podía dejar de mirarla.
Una tarde, cumpliendo con la rutina, mamá colocó a sus dos hijos en la bañera. Ella abusaba un poco de su practicidad, la nena ya tenía siete años y el nene contaba con cinco. Inmersos en el agua cálida, la hermana de Leo expresó sus deseos de orinar.
- “Voy a hacer acá”, dijo ella. -“Mamá se va a enojar, no quiere que hagamos pis en el agua”, arremetió Leo. –“¡A sí!, mirá”. La nena se incorporó, sacando la mayoría de su cuerpo del agua y dejó que Leo viera asombrado como el chorro de pis de su hermana caía desde su uretra al agua. Ella comenzó a reír desaforadamente al ver la cara de asombro de su hermano. De pronto, redobló la apuesta, se tomó los labios de su pequeña vagina y los extendió hacia arriba, logrando que su chorro de orina comenzara a elevarse hasta acabar estrellándose completamente en la cara de su hermano. Él se sacudió intentando evitar que el asqueroso fluido lo siguiera impactando. Por fin cesó la micción, pero ella no dejaba de reír a carcajada limpia por lo que había pasado. Leo estaba petrificado. Pensó en contarle sobre el incidente a su madre, pero no lo hizo, en parte porque sabía que su progenitora reprendería fuertemente a su hermana y, por otro lado, había algo que hizo que no la acusara pero no sabía bien qué era.
Los años pasaron, papá y mamá envejecieron, los hijos volaron del nido y ...