rustico - Relatos Eróticos

rustico

no daré nombres ni detalles por razones obvias, es bien real. mi cuñada me preguntó si estaba loca que qué me había pasado. con ella eramos una suerte de bisexuales "internas" ya que solo entre nosotras nos comíamos la concha cada tanto. ella soltera y mi marido había salido en uno de los tantos viajes de negocios y fuimos a un lugar que estaban preparando para la temporada. le pedí me lo trajera de la forma que sabía debía hacerlo y extrañada me repreguntó que había visto en ese tipo, morochón, regordete y algo callado entre los peones de temporada de los más abajo para presentar. el tipo desorientado llegó esa noche con mi cuñada y nos dejó solos. fui a lo deseado y sacándome la bata quedé con una transparencia de cama, los senos al aire y una tanga minúscula. la cara del tipo fue para la risa, los ojos casi no le entran en la cara y se mojó los labios sin poder disimular su consternación y avidez.lo rodeé con los brazos y sonriendo le pregunté si le interesaba lo mostrado. titubeando me dijo que era casado y porqué una mujer como yo. entonces descargué el motivo, que caminando por el predio lo ví orinar, sacudir y como le costó guardar esa hermosa verga que sin ser gigantesca era por lo menos apreciable. "no me marques pero o te restringas tampoco; te voy a pagar bien". besaba bien pero le pedí no me apretara tanto y aflojando empezó a masajear mis nalgas mientras me preguntaba si me gustaba me chuparan la concha, le metí la lengua en la boca y por un segundo el sarro de ...

... su dentadura me produjo un asco que se borró cuando tanteé su bulto in crescendo. me trió a la cama mientras se desvestía y bajo su panza asomó esa verga que me había quitado el sueño. me lamió los pies, diestro para meter la lenguas en el culo, la concha la chupaba muy bien haciendo ese ruido de persona que come sin educación. yo quería desesperadamente lamerle la pija, hasta que logre un 69 y créanme que el olor de su bolas y culo sudado casi me voltean en un vómito. pero repugnada y todo mandé lengua tupido. cruzamos lenguas y el manoseo era permanente, se paro de espaldas a l borde de la cama y se hizo chupar el culo diciendo que su mujer siempre se negó a hacerlo. aparecí por entre sus piernas chupando bolas y verga y me dirigí al mueblecito para ponerme como en un cacheo policial susurrando abrime el culo. fue ahí que nos dimos cuenta la falta de condón, debí traerlo yo pero la calentura era exagerada para cuidarnos y promesa de una vida prolija entró. ardía horrores y le pedí despacio, entró en seco abriendo las nalgas con sus manos y jadeando como perro cansado. se notaba la dilatación en la medida que los centímetros de pija dura, ancha, llena de nervios empezó a bombear entre mis gemidos de dolor de placer hasta sentir el caudal profuso, hirviente inundar mi culo. la sacó de una y ante mi quejido se disculpó, solté con caca los chorros de leche que me había depositado bajando por mi parte posterior de los muslos. cuando me disponía a ir al baño me paró de la cintura ...