El encuentro con mi tío - Relatos Eróticos

El encuentro con mi tío

nos quedamos solos en su casa, yo aún seguía de vacaciones y mis primos fueron a la escuela y mi tía al trabajo, veíamos una película y a él siempre le ha gustado andar sin playera en su casa, lo cual era una bendición para mí porque podía verle sus ricos pezones cafés; en ese momento en la película comenzaron a pasar una escena sexual explícita y vi como su pene se ponía duro bajo el short mientras pasaban los senos de la chica, se paró diciendo que iba al baño cuando aproveché para sacarme el pene y masturbarme pensando en él haciendo lo mismo, pero cual fue mi sorpresa al ver que abrió la puerta de golpe estando completamente desnudo y con el miembro erecto a la vista, me preguntó si le gustaba y respondí que si, él se acercó y lo puso dentro de mi boca, comencé a chupársela despacio, poco después me metí sus bolas a la boca, él suspiraba excitado diciendo que hacía meses que nadie se la chupaba; me aventó a la cama y me quitó toda la ropa, se abalanzó sobre mí y comenzó a chupar mis pezones, bajó hasta mi pene y también comenzó a lamerlo, después las bolas y al final el ano, empezó a hacer círculos con sus dedos alrededor de él, luego me jaló de las piernas y me hincó en el suelo con los brazos y cabeza sobre la cama, se hincó también y en un segundo sentí como su duro pene entraba en mi ano, gemí de dolor pues lo sentía ...

... muy duro, comenzó a meterlo y sacarlo despacio, le pedí que parara porque me dolía, pero él siguió y me tapó la boca para que no gritara tanto, no lo entendía, mi fantasía más grande siempre había sido tener sexo con él, comencé a acostumbrarme al dolor y hasta a disfrutarlo, ahora me penetraba más fuerte y más rápido, me subió a la cama y me penetró conmigo boca abajo mientras mordía la cobija, suspiraba muy excitado, me la sacó y él se acostó mientras yo lo montaba brincando sobre su pene, él me tocaba y hacía que se me pararan los pezones de la excitación, hasta que dijo que no podía más, me la sacó y me recostó viniéndose en mis nalgas, pecho y cara, poco después me dijo que lo hiciera mío; al igual que antes me la chupó y lo abrí de piernas, el olor de su ano y pies me excitó mucho, se la metí despacio y el gruñó de dolor afirmando que si dolía, poco después comencé a hacerlo más y más rápido penetrándolo de misionero mientras gruñía y yo suspiraba, en ese momento estaba en un extásis como nunca antes hasta que no pude más y me corrí dentro de él, al sacarla aun pude tirarle leche en la cara, ambos nos reímos y acariciamos nuestras nalgas, me dijo que era rico de coger y que le prestara mi ano más seguido, le dije que así sería y que era suyo, se río agradeciéndome y se levantó para ir por papel para limpiar nuestro desastre