Ana y el plomero recomendado por Helena - Relatos Eróticos

Ana y el plomero recomendado por Helena

... devorando mis labios vaginales y rozando apenas mi clítoris, lo cual me puso casi en órbita. Su lengua comenzó a ascender hasta sentir que trataba de abrirse paso en mi entrada trasera. Se sentía increíble. Era algo tosco, pero al mismo tiempo me estaba provocando un placer increíble.Me introdujo un dedo en la concha, lo humedeció con mis jugos y luego lo sentí tratando de meterlo en la estrecha entrada de mi ano, cosa que al final logro. Al principio sentí algo de m*****ia pero al rato mi cintura se movía al mismo ritmo que su mano. De pronto noté algo más grueso en mi ano. Era otro dedo. Tenía ya sus dos dedos dentro de mi culo y su lengua haciendo remolinos en mi conchita.Ya no aguanté más y le pedí… no, no se lo pedí…recuerdo que le supliqué, que me la metiera de una buena vez, ya no aguantaba más ese jueguito previo.El hombre largó una carcajada y me separó un poco más las piernas, diciendo:“Así es como me gustan las amas de casa, bien calientes y bien putas”.Yo intenté darme vuelta para ver el tamaño de su verga, pero él no me lo permitió; otra vez me tomó por la nuca, inmovilizándome completamente.Sentí que la punta de su verga rozaba mis labios vaginales y enseguida abrí la boca para gritar mientras el tipo se zambullía contra mis nalgas y me empalaba con una pija muy dura, mucho más grande que la de Víctor y otros de mis amantes.Comenzó a taladrarme con un ritmo feroz y enseguida sentí que mi cuerpo me traicionaba y se movía con el mismo balanceo que su verga me ...

... imponía…Comencé a acelerar mi ritmo, sentía que florecía un tremendo orgasmo y quería disfrutarlo con esa verga enorme empalada en mi concha.Acabé en menos de dos minutos, pero el tipo apenas había comenzado a cogerme. Bombeó un rato más mientras gruñía y bufaba de placer, dándome unas buenas palmadas en la cola.De repente me la sacó y se levantó, dejándome allí tendida, temblando de placer, tratando de recuperarme de mis espasmos.El tipo fue hasta la cocina y volvió con un paquete de manteca, con la cual engrasó uno de sus dedos y lo metió en mi ano, dilatándome y lubricándome al mismo tiempo.Para mi sorpresa, su enorme dedo había entrado sin dificultad, así que le supliqué“Si vas a cogerme por el culo, te pido que sea despacio y con cuidado; hace mucho que no se lo entrego a nadie y no lo tengo muy dilatado” Mentí.Sin m*****arse en responderme, me empujó otra vez sobre el respaldo del sofá, y me dio una sonora nalgada, que me arrancó un grito de dolor.“Te voy a partir ese culo hermoso en cuatro, rubia, te duela o no te duela”. Dijo.Terminó de engrasar la punta de su gruesa verga con manteca y se apoyó despacio contra mi cola levantada. Noté el grosor de su verga mientras iba entrando en mi ano, provocándome dolor y placer al mismo tiempo.“Estás demasiado tensa, putita, tendrías que relajarte y disfrutarlo; no todos los días te meten una verga como ésta en esa cola” Dijo sonriendo…El tipo tenía razón; yo estaba nerviosa y preocupada por el tamaño de su verga y que pudiera ...