El amigo de mi jefe - Relatos Eróticos

El amigo de mi jefe

Tome un taxi, no estaba lejos de mi casa, era una zona residencial muy bonita, llegue a la dirección y toque el timbre, se escucho el sonido de un cerrojo eléctrico y empuje la puerta y en la entrada de la casa estaba Mario, mi corazón latía a mil sabia que aquí pasarían cosas interesantes. Camine hacia Mario he inmediatamente pedí permiso para pasar al baño a cambiarme y ponerme en modo puta, me sonrió y me ofreció whisky en las rocas, lo tome y pase al baño, me puse una peluca oscura, me pinte los labios de rojo, me puse medias negras y estaba todo depilado, me puse un ligero negro a juego con las medias y unos guantes de licra negra, me puse un tanga negra de encaje, al final me maquille con un poco de rubor y sombra en los parpados, me puse un vestido entallado gris sin mangas con gatitos, y para finalizar el antifaz que me había dado mi jefe. Para los que no me conocen me describo, soy de piel clara y mido 1.70, cara fina y ando rapado, piernas gruesas y buenas nalgas, ojos claros y labios grandes. Tome de un solo trago el whisky y espere un segundo para salir sonando mis tacones en el piso de madera, cuando salí estaba Mario en la sala con dos hombres muy bronceados que al verme se pararon, se acercaron y comenzaron a acariciarme las nalgas y nalgearme, Mario me dio otro bazo de Whisky en las rocas, lo tome y los dos hombres se sacaron sus vergas, entonces me deje caer sobre mis rodillas en la alfombra y tome las dos grandes vergas en mis manos y las comencé a chupar ...

... alternadamente, con la escusa del alcohol no me contuve de nada. Mario se acerco por detrás y me levanto el vestido, hizo a un lado mi tanga y metió sus dedos con lubricante en mi agujero, uno de los hombres tomo la botella de whisky y la comenzó a derramar en mi cara, entonces abrí la boca y tome lo mas que pude y puse mi cara en la alfombra y me abrí las nalgas y les pedí la verga a mis machos, con la cabeza dándome vueltas observe como Mario se sacaba la verga y increíblemente la tenia mas grande que la de los negros, me mordí los labios y gemí cuando trato de meter solo la cabeza, era gigante pero yo la quería enterrada en mi así que tome aire y abrí lo mas que pude el esfínter y Mario me la empujo toda, sentí un dolor agudo en mi ano pero estaba tan excitada que pronto fue placer pero Mario no tardo mucho en venirse y me la saco, pero esto no hacia mas que comenzar, uno de los negros me agarro de la cintura y me subió al sillón, se puso encima de mi y puso su verga en la entrada de mi ano y sin problema entro toda y comenzó a bombearme la cola, el otro llego y me tomo las muñecas y metió su verga en mi boca, se vinieron dos veces en mi ano y dos veces en mi boca antes de ponerme unas esposas y dejarme tirada en la alfombra como toda una puta llena de semen. Los perros rasguñaban los vidrios que daban a la alberca como queriendo entrar a cogerme también, los miraba mientras saboreaba el semen de mis machos cuando Mario alzo mis nalgas y metió su verga de un solo empujón, ...