1. La reeducación de Areana (4)


    Fecha: 03/01/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... señora. –dijo antes de sentarse, según lo indicaba el protocolo impuesto por Amalia a sus asistentes.
    
    Melina sabía cómo iba a terminar la noche y la excitación que venía sintiendo por la cercanía con Areana se incrementó. Ex profeso se sentó casi pegada a Amalia, mientras sentía que había empezado a mojarse. Amalia le rodeó los hombros con su brazo derecho, la miró profundamente a los ojos y fue acercando su rostro lentamente, muy lentamente al de la chica, que le sostenía la mirada con los ojos entornados mientras entreabría sus labios. Ambas bocas se rozaron y Milena hizo avanzar su lengua al encuentro de la otra lengua, que ya emergía entre los labios de Amalia. Ambas fundieron sus bocas en un beso volcánico y prolongado hasta que Amalia derribó sobre el sofá a Milena, metió sus manos por debajo de la musculosa y apresó ambas tetas, cuyos pezones ya estaban duros y erectos como diminutos mástiles.
    
    -Qué buena estás, potranca… -murmuró Amalia con voz algo enronquecida mientras sobaba esas ubres, jugaba con los pezones y comenzaba a deslizar su boca hambrienta por el cuello de su asistente, con besos y lamidas. Milena no tardó sino unos pocos segundos en comenzar a gemir, hecha una brasa en manos de la muy hábil Amalia, que le quitó la musculosa para deleitarse con la visiòn de esas tetas redondas y firmes, con pezones rosados que la dueña de casa sorbía y lamía mientras su mano derecha ascendía lentamente por un muslo de la joven, que no cesaba de jadear, gemir y ...
    ... suplicar:
    
    -Ay… ay, señora, soy… soy toda suya… cójame… ¡cójame!...
    
    -Ya lo creo que sos mía, puta… Fuera de aquí no hay vida posible para vos. -dijo Amalia y volvió a posar su boca en un pezón y luego en el otro y así estuvo hasta que su mano llegó a la vagina de Milena, por sobre el short. Entonces se incorporó y con ese tono autoritario que le era tan propio, ordenó: -sacate eso y la bombacha, si es que llevás bombacha.
    
    La joven se quitó apresuradamente y con gestos nerviosos el short y enseguida la tanga, también blanca, y arrojó ambas prendas al piso, para después volver a tenderse de espaldas, a entera disposición de Amalia, que la tomó de una mano y le dijo:
    
    -Esto sigue y termina en mi cuarto, yegua. ¡Vamos! ¡Levantate!.
    
    Y ambas se dirigieron al dormitorio principal. Allí Milena se quitó el calzado y miró el amplio lecho, aunque sin atreverse a acostarse allí sin el permiso o la orden de Amalia. Con la joven ya totalmente desnuda, la dueña de casa la hizo girar lentamente y al finalizar el giro, dijo:
    
    -Qué pedazo de yegua sos. –y la abrazó por la cintura estrechamente, deleitándose con esas voluptuosas curvas y redondeces que sentía contra ella, palpitantes. Milena se extendía hacia abajo pegada a Amalia desde los hombros hasta las rodillas, sintiendo esos brazos firmes que le rodeaban la cintura y recibiendo enseguida esas dos manos aferrándose a sus nalgas. Se besaron otra vez largamente en la boca, con dos lenguas que frotaban una contra la otra sus ...
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