1. Karen. Una puta madura (I)


    Fecha: 07/02/2021, Categorías: Sexo con Maduras Tus Relatos Autor: Forman, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... estrecho por lo que podía moverlo de lado a lado con gran facilidad una vez dentro. A veces, bajaba el tono de sus vibraciones y acariciaba mi clítoris con el lentamente, mientras mis dedos entraban dentro de mi vagina y ano explorando esos mis agujeros de placer. Lubricar mi ano no era problema porque acababa siempre lleno del flujo proveniente de mi coño por la acción de la gravedad.
    Saqué mi vibrador por un momento y comprobé estaba terriblemente mojado.
    Al sacarlo un hilillo de flujo mojó los labios de mi coño y vi que en la superficie de ese juguete de plástico la humedad dibujaba unas raras ondas de humedad imposibles.
    Raro era el día en que no me masturbaba. A veces, lo hacía pensando en que varios desconocidos sin rostro se me turnaban como a una furcia barata en un callejón urbano.
    Otras, en que todos mis ex me jodían corriéndose a la vez sobre mi cuerpo sin darme explicaciones y sin saber era yo.
    El color negro de mi vibrador contrastaba notablemente con lo rosado de mi concha a punto de estallar.
    Pero esta vez, una especie de torbellino subió desde mi vagina a mi cerebro bajando por mis erectas tetas hasta electrizar mi coño y exclamé....
    Eeeeeenriqueeeeeeee... me corroooo, amooooor.....!.
    Así, me quedé completamente inmovilizada. Solo alcancé a ponerme un cobertor encima de mis piernas y encender la televisión con su mando a distancia. Ni siquiera recogí mis bragas del suelo dejándolas ahí tiradas. Quién sabía si iba otra vez a repetir esa jugada... ...
    ... no lo descartaba.
    
    Por lo demás, los días Enrique tenía permiso recorría esos 40 kilómetros separaban su pueblo del mío. Venía realmente limpio y bien vestido a su manera y yo lo esperaba pendiente muchas veces sin bragas ni sujetador. Veíamos la tele en el salón juntos y cuando se acercaba a mi acabábamos haciendo el amor en el sofá. 
    Muchas veces me gustaba imaginar era un desconocido que iba por allí de paso y que tenía que pagar peaje para pasar por mi casa como si fuese una puta. Pero no. Era mi amigo y mi novio. Si me sentía una zorra era porque eso me gustaba serlo solo con él. Hubiese sido incapaz de acostarme con otro hombre no fuese Enrique.
    Cuantas más cosas cariñosas y obscenas me decía más a gusto me corría. Y es que por fin a mis 45 años había descubierto a un hombre de verdad quien me servía de cualquier forma y lo respetaba.
    En otras ocasiones iba yo a su casa y me quedaba allí a dormir. No quería viajara de noche. Poco a poco mis calenturas iban desapareciendo porque estaba satisfecha. 
    Una vez estando en mi casa me dijo tenía que irse a Barcelona a hacer un cursillo y que estaría ausente como cerca de un mes. Me quedé triste, pensativa.
    -Ohhhh... y justo te tienes que ir para mi cumpleaños...
    -No te preocupes. Estaremos en contacto.
    -No te irás con otra, verdad?.
    -Cómo me voy a ir con otra, tonta...
    Llegó el día de mi cumpleaños con él ausente y un tipo con una furgoneta aparcó en frente de mi casa. Bajó y sacó de la caja un inmenso ramo de ...
«12...567...»