Cuyatro en Santa Fe - Relatos Eróticos

Cuyatro en Santa Fe

Soy Flavio, de 31 años, dice que la gente que soy atractivo. Estoy casado con Luján, de 29 que no es linda, es un super cañón, muy puta, eso sí. Nos gusta el sexo, cuanto menos convencional, mejor. Tenemos grupos de sexo e intercambio en Santa Fe y Rosario. Cuando podemos vamos a clubes swinger de Buenos Aires. Una noche fuimos a Santa Fe, a un boliche al aire libre en Boulebard Gálvez. Yo iba de sport, Luján con un ajustado vestido de Lycra, bien mini, con pronunciados escotes en pecho y espalda, es decir coln pinta de puta. Me senté en una mesa discreta y ella se fue a la barra. Al rato estaba de gran plática con un tipo bastante pintón. Vi que en un momento él hablo con el celular pero no le di importancia, después ella le dijo que llamaba a su hermano para que fuera al departamento con ellos.
En un momento vi que me miraban y ella hizo una seña para que los siguiera. Cuando llegamos al departamento en calle Balcarce, quien conoce Santa Fge sabe que es la paralela a una cuadra del Boluvard. Entramos. estaba Walter esperando. Luján no quiso bebidas, dijo que el alcohol disminuye los sentidos.
Nos desnudamos todos. Cuando vi el pito de Walter debo haberlo mirado con mucho interés.
Aquí hago una aclaración: eso no era nuevo para mí: cuando era adolescente fuimos de vacaciones al campo de mi abuela, junto a otros primos. Entre los árboles y las hierbas hicimos un grupo de sexo. Nombres ficticios: Ricardo, que tenía el mejor pene, grande, de tronco recto, grueso, con un ...

... glande de forma perfecta, lo mamé varias veces; Carlos, pene humilde, lo mamé todas las siestas y después abría mis nalgas para que me vaciara su semen en mi culo; Raúl, a quien me lo culeaba a cualquier hora y tenía un culito precioso; Jorge, hembra formal de Ricardo que tenía el culo tan abierto que tenía problemas. Cuando terminaron las vacaciones no nos vimos más. Siempre supe que me gustaba chupar pijas, pero con el grupo de sexo no puedo ya que sus miembros no están preparados para eso.
Mientras Luján mamaba la pija de Gabriel, yo agachado le abrí las nalgas y le lamía el culo. Sentí que Walter acariciaba mis nalgas y eso me calentó más aún Gocé unos momentos y me di vuelta, me encontré con la hermosa pija del macho casi en mi boca. Lamí, besé, chupé esa verga con gusto, las bolas estaban repletas de leche y las deseaba. En un momento me la metí en la boca y chupé con ganas. Walter me dijo: - Espera. - Buscó una crema que dijo que era lubricante y antidolor, con una cánula me la puso fuera y dentro del culo, me abrí bien las nalgas y me relajé. Sentí como ese hermoso glande me entraba, me la siguió metiendo sin violencia pero en forma continua hasta que sus bolas llegaron a mi ojete. Me sentía lleno, agradecido, feliz,sin un dolor. Inició un vaiven de experto que lentamente se iba acelerando. LLegó a una hermosa violencia, cuando sentí su orgasmo y su eyaculación, llegó mi orgasmo anal que fue bienvenido. En ese éxtasis me mordió el cuello y un hombro dejándome su marca de ...