Dulces artesanales
Fecha: 05/01/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: SexNonVerba, Fuente: CuentoRelatos
... sus palabras antes de continuar: -Mirá, nena… ya no te quedan muchos años para andar mostrando las piernitas. Mejor que vayas pensando en algo porque, como decís vos, el tiempo pasa para todos.
-Gracias, mami. Vos siempre con tu buena onda. No sabés cómo te agradezco el consejo.
-Y… ¿Qué querés que te diga, nena, si es la verdad...? ¿O acaso te llueven los candidatos?
-¡¿Y a vos qué carajo te importa, mamá, qué hago yo con los tipos?! ¿Me querés decir? ¡Es mi vida!
-¡A mí no me importa! ¡Claro que no! ¡Es tu vida! -Hizo una pausa, pero solo para buscar artillería pesada en su arsenal: -Igual, vos para elegir candidatos sos mandada a hacer. Por ahí es mejor que te arregles solita.
-Haceme un favor, mamá: ¡no me hables más! ¡No hables de estas cosas adelante de los chicos!
-Porque mirá que tipos había, eh…- Hacer callar a Rosa era como tapar el sol con la mano, y Estefanía lo sabía. -Pero no… Tenías que agarrar al viejo putañero de tu jefe. Un tipo casado ¡y con hijos!
-No te metas en mi vida, mamá. ¡Dejame en paz!
-¿Pensabas que era fácil ser amante, no? Claaaro… ¡Como un juego! Sin compromisos… muchos regalos… Hasta que te llenó la cocina... ¡Y encima por dos: cocina y comedor diario! ¡Qué ingenua, por favor! Saliste al finado de tu padre. Que en paz descanse el pobre Luis… ¡la malasangre que le hiciste hacer con ese Sergio!
-¡BASTAAAAA!- El alarido agudo resonó insoportable dentro de la cabina gracias a la perfecta insonorización del Honda. -¡No ...
... hables más de Sergio, mamá, por favor!
-¡Y encima lo defendés! ¿Vos estás loca o sos tarada? ¡Ni siquiera quiso conocer a sus hijos ese reverendo hijo de puta, y vos lo defendés! -Rosa también gritaba. Los niños guardaron silencio intimidados por la violencia del cruce entre su madre y su abuela.
-¡Dejá de hablar así adelante de los chicos, carajo!
-¿Quién es “reverendo-hijo-de-puta”, má?- Preguntó Joaquín con más picardía que curiosidad, aprovechando el contexto para decir una “mala palabra” sin que le llamaran la atención.
-Nadie, Joaco. Es una conversación de grandes. -Se apresuró a responder Estefanía que ya avizoraba que aquello no iba a tener un buen final y, poco a poco, la cólera empezaba a dominarla.
- El hijo de puta es papá, idiota. -Intervino su hermano, Marcos, sumándose al contexto de indulgencia léxica- La abuela lo odia porque la abandonó a mamá cuando estábamos en la panza, ¿o no, má?
-¡Basta, Marcos! ¡Te dije mil veces que no digas...! -Pero era tarde.
-¡Mi papá es el hijo de puta!- Sentenció Joaquín en un solo grito, como si estuviera respondiendo por un millón de dólares. Y ambos niños estallaron en una carcajada histérica. Luego, como era de esperar, como cada vez que veían a su madre a punto de perder los estribos, comenzó el coro a todo volumen:
-¡PAPÁ ES UN HIJO DE PUTA! ¡PAPÁ ES UN HIJO DE PUTA!
-¡JOAQUIN Y MARCOS! ¡SE CALLAN AHORA MISMO! -Pero ahora el juego era quién gritaba más fuerte.
-¡¡PAPÁ ES UN HIJO DE PUTA!! ¡¡PAPÁ ...