1. Después de Carlos...Roni


    Fecha: 08/01/2018, Categorías: Gays Autor: Ernesta, Fuente: SexoSinTabues

    Carlos se había esfumado rápidamente del lugar, salí después de él del sitio abandonado, me costó un poco abrir los latones que hacían de cierre. Decidí irme por el centro de una cancha de fútbol del sector, la oscuridad de la noche era mucho más profunda que otras noches, con cierto miedo me decidí, era el camino más corto hacia nuestra casa. Al llegar cerca del lugar donde se ubican las graderías del lugar oí una voz que me llamaba, era el Roni, el morocho del lugar, no sé su edad exacta, sin embargo, me parece que debería tener unos 18 o 19 años, más alto que yo, delgado y muy lindo de cara, las mujeres rubias del barrio se sentían atraídas por él, en su gran mayoría, a mí no me llamaba mucho la atención, me sentía enamorado de mi primo, desde que culíabamos no miraba para otro lado. “Te pillé”, me dijo, me sorprendí, “¿de qué hablas?”, “no te hagas la tonta, eres una mujercita, tu primo te estaba cachando allá”, me asusté demasiado, pasaba lo que tanto temía, “Roni, por fa, no le digas a nadie”, sentía ganas de llorar, entonces se acercó hasta mí, “tranquilo, huevón, no te voy a acusar, además quiero una probadita, el Carlitos parecía que la pasaba bien encima tuyo”, me tranquilizó un poco lo que me decía, pero no tenía presupuestado tener sexo con él, tenía razón, el Carlos me había dado rico por el culo, tenía mi hoyito abierto y dilatado aún, quería más, eso no podría negarlo, se me estaba dando una oportunidad, debía ocultar mis ganas y hacer que el Roni sintiera que ...
    ... esto era casi como una violación, someter a un nenito como yo por chantajes, “yo lo hago, pero debe quedar entre los dos esto, tiene que ser rápido, que nadie nos vea, pero por favor no le digas a nadie que me culiaste”, “ya vamos ahí entonces, te dije que estés tranquilita no más, a nadie le diré”, me señalaba un pequeño cuarto sobre las graderías de la cancha, un lugar al que se debía llegar subiendo una escalera, era chiquito, pero seguro, cerrando la puerta desde dentro nadie se daría cuenta que me estaban culiando. Ingresamos, el Roni trabó la puerta, ahí no podíamos acostarnos en el suelo para que él se montara encima de mí, me encantaba estar boca abajo, pensaba que el pene ingresaba de mejor manera en el culo. Él se apoyó contra la pared y sacó su pico, no podía distinguirlo bien, estaba oscuro, me dijo “arrodíllate y comienza a chupar”, así lo hice, pero antes de meterlo en la boca, lo olí, estaba limpio, era grueso y largo, la boca se me llenó de saliva, subí su polera, besé su vientre, desabroché su pantalón para que quedara a mi total disposición, además quería tocar y lengüetear sus testículos, lamí la cabeza de aquél pene rico, luego comencé lentamente, mi respiración se iba agitando, lo sacaba de la boca para lamerlo desde sus testículos hasta la cabeza y desde la cabeza hasta los testículos, estaba durísimo, lo sentía a cada segundo más rico, lo masturbaba, me lo metía en la boca otra vez, lo chupaba y lo pajeaba a la vez, él se mordía los labios, a pesar de ...
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