1. Mi nueva vecina Milf (Parte 4): La perfecta medicina


    Fecha: 08/01/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Alexander0022, Fuente: CuentoRelatos

    ... tortura máxima.
    
    -¡No quiero que mi macho haga esfuerzo hoy! -Me dijo.
    
    -Yo me encargo de todo -Agregó.
    
    Mientras me miraba me bajó el bóxer, hasta que mi pene salió disparado hacia afuera. Ana acercó su boca hacia mis testículos. Empezó a chupármelos con intensidad, provocándome placer y dolor. Tomó el tronco de mi pene y se metió el glande en la boca. Sus chupadas eran lentas pero intensas. Yo estaba como loco. Hirviendo de fiebre y calentura. Ella gemía mientras probaba todo mi miembro, como si estuviera comiéndose su plato favorito.
    
    -¡Que caliente y duro que esta esto! -Dijo. Mientras acariciaba su cara con mi miembro.
    
    -¡Me encanta! -Agregó.
    
    -¡Mi hombre está enfermo, pero igual me regala su verga caliente, grande y dura! -Siguió.
    
    Sus palabras y el tono de puta de su voz casi me hacían perder el control de mi calentura. Se puso de espaldas, arrodillada en la cama, en el espacio libre que dejaban mis piernas abiertas. Su preciosa cola quedó sobre mi pene, allí comenzó a bajarse la calcita, dejándome ver completamente esa tanga rosa, las dos tiras diminutas de los costados, uniendo el pequeño triangulo con puntillas. Acaricie lentamente sus nalgas. Disfrutando cada centímetro. Pasando mis manos por su cintura y espalda.
    
    Agarré un aceite de bebe que tenía a mano; empapé mi pene y sus nalgas, le corrí la tanga a un lado para poder penetrarla. Lentamente su vagina se iba comiendo mi miembro. Ella gemía con cada milímetro que entraba en ella. No se lo ...
    ... podía meter por completo, puesto que mis piernas hacían un tope en esa posición. Ana comenzó a moverse lentamente, disfrutando cada subida y bajada sobre mi duro miembro. Yo tenía un espectáculo de primer nivel frente a mi cara.
    
    Su tanga no quedaba mucho tiempo de lado, volviéndose al medio de sus nalgas, provocándome un ardor por el roce del hilo con el tronco de mi pene. Ella comenzó a aumentar la velocidad de sus movimientos, sus gemidos se convirtieron en algunos gritos de placer. Mientras me anunciaba que estaba a punto de venirse. Sentí como su vagina mojó de más todo mi pene en un instante. Ana frenó sus movimientos, mirándome extasiada.
    
    Se bajó de la cama, quitándose las zapatillas y la calza. Se subió sobre mí, esta vez de frente. Tomó mi pene, corriéndose un poco la tanga se lo metió de nuevo. Su vagina y mi pene luchaban por estar más calientes. Colocando sus manos sobre mis pectorales comenzó a moverse de nuevo. Cabalgando como una experta sobre mí. Yo apretaba sus nalgas aceitadas con fuerza. Su tanga seguía rozando el tronco de mi pene, causándome con el ardor un placer extra.
    
    Inclinó su cuerpo hacia mí, besándome con intensidad y gimiendo en mis orejas. Entre esos gemidos, nuevamente me hizo saber que se estaba por correr. Le acaricie con un dedo el clítoris, mientas ella seguía moviéndose. No tardó mucho en correrse. Apretó sus piernas fuertemente contra mí, mientras mojaba mi pene y también parte de mi pelvis. Ese orgasmo había sido más intenso que el ...