Por favor: que manera de interrumpir
Fecha: 21/02/2021,
Categorías:
Confesiones
Tus Relatos
Autor: Astrid Carolina, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Hola. Vamos con un nuevo relato. Como ya les dije, soy Carla de 51 años, de Arequipa-Perú, y esta vez les contaré lo que me sucedió casi de manera increíble. Es que cuando se te juntan pues se te juntan.
Mi relación con mi ahora ex esposo, era tranquila. El, es una buena persona, nos llevamos bien. Su único defecto es no complacerme en la cama. Y bueno, una que necesita estar bien atendida, tiene que buscar fuera lo que no encuentra en casa. Ahh, me olvidaba, también es renegón y un poco amarrete.
Yo, soy muy amiguera y no hago mucho distingo entre mis amistades. A pesar de la posición solvente que tiene mi esposo, igual cuento con amigas digamos de toda posición.
El marido de una de ellas, se dedica a la carpintería. Normalmente él hace los trabajos pequeños y cuenta con unos ayudantes cuando los trabajos son mayores.
Roberto, así se llama el maestro carpintero, ya nos ha hecho varios trabajos en casa, y yo estaba fastidia que fastidia a mi esposo para arreglar uno de los escalones de las gradas (rechinaba mucho) y de paso la baranda. Pero Richard (mi cachudito esposo) me contestaba, más adelante, todavía no.
Igual me armé de valor y llamé a mi amiga Claudia y logré que me enviara a su esposo el miércoles. Obviamente a Richard no le dije nada. Una vez que estuviese todo arreglado ya no había marcha atrás y tendría que asumir los gastos.
- Ya entonces amiguita, me envías a tu esposito para que me arregle las gradas…
- Claro, cuenta con él,,, a las 9:00 ...
... am el miércoles
- Gracias, ya nos vemos.
El miércoles, como todos los días, mis hijos ya se habían ido a la universidad y Richard se levantó algo más temprano, se duchó, mientras yo le preparaba su rico desayuno, que el literalmente devoraba mientras veía las noticias en la tele.
Aquí debo comentarles que normalmente él iba al trabajo en su vehículo (un Peugeot color verde olivo precioso), pero se le malogró no se que pieza y el bendito repuesto lo tenían que traer del extranjero, de allí a Lima y recién al concesionario de Arequipa. La cosa es que demoraría un mes y medio en que lo dejaran operativo, así que no le quedó otra alternativa que irse en taxi.
Como es obvio, yo le recomendé a pepelucho para que le haga el servicio de taxi todos los días, así, además, podía continuar haciendo algunas travesuras de vez en cuando.
A la hora de siempre, sonó la bocina del tico. Richard me dio un beso (siempre se despedía así) y no sé por qué pero lo acompañé hasta la puerta.
- Buenos días señora Carla, me dijo pepelucho
- Hola, que tal, como está. Le contesté toda formal. Sin embargo, logré ver, mientras mi esposo subía, que este sinvergüenza me mandaba besitos volados. No le di pelota, me hice la loca.
Entré, tomé un café, recogí los trastes, los lavé y subí a mi habitación.
- Carajo, me olvidé que hoy viene Roberto a ver lo de las gradas… dije en voz alta.
Me dio pereza bañarme, así que me quité el pijama y me puse un top rosa y un jean ligeramente suelto, y ...