1. APOYANDO A MI PRIMA DIVORCIADA 2


    Fecha: 12/01/2018, Categorías: Incesto Autor: MONTANA16, Fuente: SexoSinTabues

    ... desnudos, caminamos abrazados y besándonos, entonces me dice ella al llegar a la puerta de su recamara. -Ahora ve a descansar. - Me dice mientras acaricia mi miembro semì erecto. -Esta Ali en mi cama. - Le digo, haciéndola ver que estaba desnudo. -¿Y? ¿Le tienes miedo?- Me dice con una sonrisa pícara. No había duda, a ella no le molestaba que yo durmiera desnudo con su hija, es más, sus palabras las sentí como retadoras. Entre a la recamara que estaba con la luz apagada, me metí entre las sabanas que tapaban a Ali, quien estaba acostada sobre su lado derecho. Al sentirme se voltea y me dice: -¡Hola tío! ¿Me abrazas?- -Claro que si mi niña. - Le respondo y me acomodo a su espalda, pero al sentir su cuerpo me doy cuenta que no traía ropa, estaba desnuda. -¿Estas desnudita mi niña? ¿Y eso? – Le pregunto. -Tengo calor. - Me responde. Al sentir sus desnudas nalguitas, mi miembro que estaba semì erecto se comenzó a poner más duro, acomodándose entre ellas. -¿Tío, me haces rico como ayer?- Me dice Ali. -¿Te gusto lo de ayer?- Le pregunto. -Sí, mucho. Ándale y luego yo te hago rico como te hizo mi mamá ¿Sí?- Me dice, lo cual me deja entre sorprendido y aún más excitado. -¿Y cómo me hizo tu mamá?- Le pregunto. -Te chupo aquí. - Me dice mientras con su manita me agarra mi duro y erecto miembro. -¡Ok!- Le contesto. Me metí debajo de las sabanas, mientras ella se acostaba boca arriba y separaba sus piernitas. Se las comencé a acariciar despacio con mis manos, luego fue besando sus ...
    ... muslos poco a poquito, mientras sus manitas acariciaban mi cabeza. Llegué a su puchita, la cual estaba calientita, con ese rico aroma a fruta fresca y tierna. Le di un beso, luego otro. Ali solo suspiraba y movía sus caderas de abajo a arriba, buscando encontrar completamente mi boca que yo también deseaba hundir en ella, así que despacio le comencé a lamer, recorriendo cada milímetro de su pequeña rajita. Era delicioso su dulce sabor. Lamí, bese, chupe, hurgué con mi lengua poco a poco entre sus íntimos labios hasta llegar a su diminuto botoncito, el cual presione un poco, para luego masajearlo despacio. Masajeaba y chupaba su botoncito, luego toda su puchita una y otra vez, mientras ella jadeaba bajito, como queriendo que ese gozo fuera solo para ella, para su ser y mente de lo que estaba disfrutando. Hurgué con mi lengua más allá y llegué a la entrada de su cuevita donde la hundí, gozando de la presión que hacían sus deliciosas paredes. La tome con mis manos de sus nalguitas y las levante un poco, para hundirme más allá de lo que podía alcanzar, teniendo la fortuna de su cooperación. Le metí y saque la lengua una y otra vez, follandola de nuevo como la noche anterior. -¡Que rico tío! ¡Más, hazme más!- Me decía despacio y esas palabras eran sublimes. Seguí follandola con mi lengua hasta que exploto en un rico orgasmo, levantando sus caderas y presionando mi cabeza con sus manos contra ella, mientras las agitaba con una fogosidad increíble para una nena de su edad. Uno, dos, tres ...