Estudiar con ella fue todo un placer
Fecha: 12/01/2018,
Categorías:
Gays
Autor: H.Berg, Fuente: CuentoRelatos
... se notaba que Catalina estaba bastante caliente, pero ¿Qué hacer para que todo salga bien? Debo ser muy inteligente. Entonces lo terminé.
-Lo he terminado Catalina.
-No puedo creerlo, soy víctima de mi propio invento, y yo que ya te tenía la penitencia planeada. ¿Qué me vas a poner a hacer? Soy toda tuya.
-Primero quiero preguntarte: ¿Del 1 al 10, qué posibilidades hay de que tú y yo tengamos sexo aquí y ahora?
-(risa picara) Esa no me la veía venir, yo creo que un 8, dependiendo de mi penitencia.
-Qué bueno Catalina, no sabía que eras tan caliente, tu penitencia es que me des una mamada.
-Bueno, lo hago porque es una penitencia (risa agitada).
Ella se inclinó sensualmente hasta quedar arrodillada, se reía, con esa risa de calentura tan característica de las mujeres. Suavemente me desabrochó la correa, pero fugazmente la desenrolló de mis pantalones tirándola lejos, bajó la cremallera y se quedó observando cómo se notaba mi pene bastante firme por medio de mis boxers, y se acercó sutilmente y me mordió mi pene, su saliva salía y empapaba todo mi bóxer, mientras mi pene cada vez se irrigaba más poniéndose más y más duro, después ya con mi bóxer totalmente empapado con su saliva, me bajó el bóxer y mi pene quedó al descubierto, estaba totalmente erecto, se notaban mis venas y sentía como mis pulsaciones iban a millones por segundo, cuando ella la tomó con su mano derecha y su boca la acercó cada vez más a mi pene, cuando se toparon, su boca era muy ...
... estrecha, así que ella con mucho esfuerzo logró introducirlo en su boca, y empezó a babear mucho mientras movía su cabeza para arriba y para abajo, cogí su cabello, se lo recogí y lo entrelacé en mi mano derecha, para así imponerle cierto ritmo a ella y que así se sintiera más deseada, ella soltó mi pene con su mano y empezó a subirla por mi abdomen, y así subirme la camisa hasta llegar a mis pectorales, los cuales acarició como si no hubiera mañana. Transcurridos unos minutos muy intensos, paró de mamármela y se levantó y me besó, yo la abracé y tocándole sus glúteos, la subí al escritorio, le subí el vestido y le metí los dedos en la braga, y empecé a acariciarle sus labios vaginales de manera muy suave, un movimiento concéntrico que terminó en el clítoris, masajeándolo cada vez más rápido, sentía ella como se mojaba, mientras sus besos pasaban de ser besos a ser gemidos incontrolables, por lo que bajándole las bragas continué acariciando su clítoris con mi lengua, besándolo y succionando con mi boca todos sus sabrosos líquidos, y alternando mi lengua con mordidas sutiles que la hacían gritar, fue tanta su excitación que eyaculó en mi boca, y con su mano me tomó la mandíbula y me dio un beso mientras con sus piernas me abrazaba mi cintura y su otra mano me acariciaba mi pene y buscaba la dirección correcta para que la penetrara, hasta que después de varios intentos erróneos, encontramos el lugar indicado y mi glande se introdujo con dificultad en su vagina, en ese momento, ...