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Juego y realidad
Fecha: 13/01/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Llevamos diez años casados y siempre aportando más fantasías a nuestros encuentros. A veces aparecen personas no tan nuevas en nuestro lecho aunque sólo sean en nuestra mente calenturienta. El falo de un negro es algo que la tiene loca y cuando lo ve en algún video se pone a cien. Pues bien con tanta calentura y tanta imaginación se ha puesto un piercing en el capuchón del clítoris y ahora está encantada por que lo maneja a su antojo y cualquier movimiento de piernas lo acoge entre sus labios y el placer renace. Este verano fuimos a una isla del caribe y allí tambien hay mirones que miran a las mujeres blancas con deseo. Un día después de un buen rato de merodear alrededor se atrevió a entablar conversación con ella aprovechando que yo había ido un momento al hotel. Sus dientes blancos y su sonrisa hicieron que la conversación tomara los rumbos que él deseaba. Era una proposición de tener un encuentro. El muchacho era más joven que nosotros y se hacía querer. Su diminuto tanga ofrecía un paquete que a ella le volvió loca. Rememoramos momentos hablados de encuentros furtivos con extraños y me sususrró al oído que lo deseaba y que su clítoris quería guerra. Lo encaminamos al hotel advirtiendo que no podría entrar. Dijo que él sí , que trabajaba allí y podía acceder a todas las habitaciones. Una vez salvado el obstáculo se insinuó a ambos y concertamos una cita después de la cena. Los nervios no cesaron y ella se puso dispuesta a ser ...
... una reina y abrir su corazón , digo más bien su rincón. En el balcón estábamos y golpeó en la puerta. Mi `pulso se alteró y ella se dedicó a alabar su ropa blanca y sobre todo su paquete. No había visto otro igual. Tras las risas y sonrisas la tomó de la mano y le besó en los labios . Sus manos se deslizaban por todo su cuerpo y los ojos cerrados de ella anunciaban que había sucumbido. Me ofreció una silla al lado de la cama para entretenerme con la visión. Aquello era demasiado .Me sudaba el cuerpo pero estaba prendado con la hermosura de ella y el placer que sentía. De foma lenta la cubrió con sus manos y cuerpo hasta que sus cuerpos se juntaron. Cada golpe dentro de su vagina retumbaba en mi retina como si de una película erótica se tratara. Espectador privilegiado y amante de mi esposa que acabó gritando como una posesa. Tras los embistes volvieron los besos . Me invitaron a unirme a la fiesta y mi boca selló la boca de ella. Su lengua hambrienta chupó la mía y no pude contenerme y busqué su vagina. estaba empapada y allí había estado él anteriormente dentro. Mi mente volaba y exploté . Manché la cama y la limpié viendo las distintas posturas que hacían. Sus ojos brillantes se fijaron en mi y con un guiño demostró que aquello no parecía tener fin. Volví a verlos una y otra vez . Mi mano deseaba acariciar de nuevo mi pene y me puse a usu vera . Estaba todo de rico que hasta yo mismo me enamoré de su tranca. Nos ...