Con Carlita - Relatos Eróticos

Con Carlita

Tanto mi mujer como yo somos bisexuales y swingers, estamos en un grupo muy cuidado con personas muy cultas y rtespetables pero que no están de acurdo con el sexo rutinario y convencional.
Tanto Eugenia como yo, Fabián, tuvimos la fantasía de un trío con un travesti lindo y cuidado. Como la cosa de conseguirlo era muy difícil lo fuimos olvidando, mientras seguíamos con el grupo swinger.
Por nuestro departamento, situado cerca de Tribunales siempre pasa una chica hermosa, de pelo castaño claro, muy buen cuerpo y muy elegante vestida. Siempre con carpetas o portafolio, lo mque indica que trabaja en algún estudio jurídico.
Tanto vernos, comenzamos a saludarnos, un día, Eugenia y Carlita se encontraron y caminaron juntas varias cuadras conversando de generalidades. Al llegar a nuestro departamento mi mujer la invita a tomar un café. Carlita aceptó y se pusieron a chrlar, fue apareciendo el tema de los tabúes y convenciones, que afectan a ambas. Mi mujer dejo que nuestra pareja ve esas normas sociales como estúpidas y atrasadas. Carlita se animó y preguntó si nosotros no las cumplíamos. Eugenia le contó que somos de un grupo de encuentros y que éramos bisex. Carlita llegó al cielo, con algo de pudor al principio le contó que su nombre no era Carla sino un nombre masculino del que no quiere acordarse y que siempre supo que quería ser mujer y que su madre vio que su desarrollo no era de hombre.
Confidencia va, confidencia viene, mi mujer le propuso un trío y Ella aclaró que ...

... sólo había tenido sexo anal con un novio durante dos años hasta que el sujeto la dejó, pero que nunca había hecho la calle, con su trabajo de asistente jurídico le alcanzaba para vivir muy bien.
Llegó la noche, cenamos en un buen restoran y fuimos al departamento. Nos desnudamos y fue un placer ver a Carlita. Su piel era suave, tersa, mórbida como una mujer, su rostro aniñado no tenía una marca masculina, era totalmente lampìña, y sus tetas eran grandes y hermosas. Eugenia le preguntó por una operación y nos contó que se fueron desarrollando con la edad y que con suplementos dietarios y algunos medicamentos se le formaron así. Eugenia se tiró sobre esas tetas con hambre atrasada, los besos entre ellas eran de fuego, Carlita también estaba loca por las tetas de mi mujer.
Yo bajando comencé a mamar su verga dormida aunque de un tamaño respetable, metiendo las manos bajo de su cuerpo y salivando mi dedo mayor comencé a jugar en su ano con mi yema. La verga de Carlita se fue endureciendo y agrandando, tomo un tamaño de miedo, al estirarse, el prepucio quedó atrás y el glande salió glorioso. Yo mamaba y mamaba, mi dedo mayor ya estaba adentro de su culo. El placer era mutuo, mi verga estaba que reventaba, lo di vuelta, dejando con pesar que mi boca quedara sin pija a chupar. Carlita, con mucho gusto abrió sus nalgas y mi glande comenzó a penetrar ese rico culito. Eugenia, dejando las tetas tan  deseadas bajó a mamar la pija de Carlita. Fue sensacional. Acabé dentro de carlita, y ...