Esposos complices cap 11 - Relatos Eróticos

Esposos complices cap 11

Continuando con las confesiones de mi esposa en lo sexual, me cuenta que estando por terminar su profesion tenia que hacer sus practicas en un hospital, asi que junto con sus amigas de promocion fueron derivados a diversos establecimientos, asignandole a ella un hospital geriatrico. Una vez instalada le asignaron a ella junto con dos enfermeras antiguas una sala de pabellon con seis ancianos que tenian que cuidar al cien por ciento haciendole responsable de su aseo de su salud y de su integridad y los turnos eran rotativos de ocho horas.

Desde el inicio tuvo que lidiar con el acoso de los ancianos desde piropos hasta tocamientos indebidos. Esto se lo comento a la enfermera que se hizo su amiga, y ella le respondio que no hiciera caso y que son inofensivos.

Lo mas indignante era que cuando los banaba querian que ella les jabonara la pinga y huevos, pudiendo hacerlo ellos pero como queria hacer un buen trabajo aceptaba. A veces tambien se propasaban con toques indebidos en el culo como en las tetas. Estaba por quejarse al medico pero su amiga le aconsejo que lo mire la parte positiva de todo esto y economicamente te va a convenir, mira que necesitas dinero para tu titulacion y estos viejitos son muy generosos y estan aqui abandonados, ademas con esto no te van a embarazar. Y en realidad era cierto el dinero de la venta del departamento que recibi por el divorcio, se lo di a mis padres para cancelar nuestra casa y yo poder seguir viviendo con ellos.

Asi que cambie mi ...

... actitud y cuando los banaba sin que me lo exigan ya tenia la pinga de una mano y los huevos en la otra y entre jabonaba les hacia una soberana paja que los dejaba extenuados.

En la segunda oportunidad ellos me pedian chuparme las tetas y accedia por que encontre lo erotico de esos momentos que cuantas mujeres anhelarian tener asi que en los banos que les daba yo desnuda daba rienda a lo sexual asi como ellos, solo que tenia que controlar mi energia para los seis y al terminar no molestaban un buen rato y tambien yo podia descansar.

Cuando me tocaba turno noche, nos reuniamos todos para escuchar las aventuras de sus juventudes y siempre elogiaban a las pingas que tenian por que siempre daban buenas batallas y se la sacaban pidiendome una paja a lo cual yo no rehuia y asi pude gozar estando tambien arrecha de esas seis pingas que eran de diferentes dimensiones.


En las mananas siempre me esperaba un buen desayuno que ellos me invitaban junto con un sobresito con dinero agradeciendome que les habia vuelto a dar sentido a sus vidas

Transcurrieron varias semanas y todo seguia igual hasta que me pidieron algo especial, Bailar en  lenceria y cachar con los seis hasta sacarle toda su leche.

Le comento a su amiga que es la que le aconsejaba y cuidaba que nadie se enterara. Mira este pedido especial de seguro te sera bien recompensado y te vas a dar gusto y ademas de seguro no saldras prenada, te voy a traer una pelicula porno para que veas como te vas a comportar y no te ...