Fin de semana con Isabel
Fecha: 13/01/2018,
Categorías:
Masturbación
Autor: miguel1966, Fuente: CuentoRelatos
... rato, se levantó y me dijo
— Voy a ponerme más cómoda
Subió al dormitorio y al rato baja con un picardías, negro, transparente, no llevaba sujetador y un pequeño tanga que casi no la cubría nada, solo se la veía un poco de vello en el monte de Venus, yo me quede con los ojos como platos.
Se tumbó a mi lado y me dijo
— ¿Te gusta?
— Si…. Si…. Mucho, estas encantadora
Tumbados en la manta, frente a la chimenea, yo estaba sudando, no sé si por el calor de la chimenea o por el ambiente. Empecé un suave masaje por la espalda y dándole besitos en el cuello y en las orejas. La coloque boca abajo y me dedique a masajear su espalda, empezando desde el cuello, seguí por su espalda acariciándola, busque su boca para besarla, y sellamos nuestros labios, buscando cada uno la lengua del otro, no quería separarme de sus labios.
Se puso boca arriba y seguí con mi masaje y besándola con pasión, rodeando con mis dedos sus senos y tocando muy suavemente sus pezones que al poco tiempo empezaron a ponerse duros y erectos. Seguí con mi masaje de arriba a abajo, de abajo a arriba, me senté entre sus piernas y el paisaje que veía era maravilloso, increíble. La abrí las piernas y empecé un masaje en su zona erógena sin quitarle todavía el tanga, por encima. Con una mano acariciando su zona más íntima y con la otra en sus senos, me decidí a ir más allá.
Retire hacia un lado el pequeño tanga y empecé con mi dedo a hacer círculos en su clítoris que ya estaba casi erecto, masajee ...
... y masajee cuando de ella salió un “hummmmmm, me encanta eso… sigue por favor” seguí haciendo lo que más me gusta, tocar el clítoris de una dama y sé que haciendo eso ellas se vuelven locas. Me decidí a masajear pero ahora con mi lengua, volví a retirar ese pequeño tanga y con la punta de la lengua empecé a comérselo, me lo metí todo en mi boca y seguí haciéndola una buena chupada de clítoris. Ella no dejaba de gemir sabía que la estaba gustando porque me cogió de la cabeza y no me dejaba casi respirar, cada vez me apretaba más. Ella arqueo las piernas y le fui bajando el tanga hasta los tobillos, se abrió de piernas y empecé a chuparla su vagina, cuanto más movía mi lengua más excitada se ponía, mas gemidos salían de su linda boca, se retorcía de placer. Metí mi lengua en su vagina, haciéndola trabajar hasta que me dijo
— Miguel, cariño me voy a correr como sigas
— Córrete mi amor.
Seguí con más energía hasta que de pronto sentí como eyaculaba en mi boca, y valla eyaculación, jamás había visto tanta cantidad de líquido salir de una mujer. Se acomodó a mi lado exhausta, sin fuerzas, pero yo quería más y más, la di la vuelta y empecé a lamerla desde la vagina hasta su ano, quería que se corriera otra vez, me había gustado… mucho, sentir esa cantidad de líquido en mi boca.
No me dejo seguir, se incorporó, me tumbo y poco a poco fue desnudándome, me desabrocho el pantalón y dejo mi pene a la vista, estaba erecto, me bajo un poco más los pantalones y empezó a hacerme ...