La familia peregrina
Fecha: 09/03/2021,
Categorías:
Incesto
Tus Relatos
Autor: Fatiga2021, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
La familia viajaba feliz e ilusionada, todos sonreían en silencio, soñando despiertos, atrás habían dejado una vida de penurias, allá, lejos muy lejos al otro lado del océano.
Era un día soleado en una mañana de primavera, lo único que se escuchaba era el chirriar de las ruedas de la lenta y pesada carreta que les servía de transporte.
Viajaban buscando la tierra prometida, la de verdes prados y tierras fértiles, soñaban con establecerse en un lugar a que llamar hogar y de paso llevar la palabra del Señor a aquellos parajes.
Conduciendo la carreta iba Isaac, era el jefe de familia, rondaba los cuarenta y tantos, aun se mantenía en forma, acostumbrado a la vida dura y sacrificada. Ahora estaba entrecano, pero se adivinaba un cabello rubio trigueño en su juventud.
A su lado iba sentada y tomada de su brazo su esposa Isabel, que aún no llegaba a los cuarenta y también se la veía una mujer atractiva a pesar de que las ropas que llevaba la cubrían completamente de cuello a tobillos. Ella era rubia de ojos azules y labios carnosos pero no demasiado.
Atrás en la caja de la carreta, acomodada sobre unos costales de trigo viajaba su hija Rebecca, una muchacha de unos dieciséis años, aparentaba ser delgada a juzgar por lo holgadas que se veían sus ropas. Ella tenía el cabello oscuro, la piel blanca con algunas pecas y los ojos verde mar.
- ¿Cuánto crees que falte para llegar, esposo mío? Preguntó Isabel.
- No sabría decirlo, solo sé que voy en la dirección correcta, pues el ...
... Señor me guía.
Continuaron viaje, cuando oscureció, Isaac decidió detenerse y acampar para pasar la noche, él e Isabel se acomodaron sobre unas mantas en el duro suelo, Rebecca continuo durmiendo sobre la carreta, como casi todo el viaje.
Las noches en el desierto de Arizona son muy frías, por ello Isaac no tuvo mejor idea que encender un fuego que les diera calor. Así durmieron a sus anchas, soñando como en la mañana, pero esta vez no eran conscientes de lo que rondaba cerca de ellos.
Las sombras furtivas cruzaban de un lado a otro sin producir ningún ruido, poco a poco se fueron acercando al campamento, eran cinco hombres, dos de ellos se abalanzaron sobre el dormido Isaac, que logro golpear a uno en el rostro poniéndose de pie, pero otro de los hombres lo golpeo en la cabeza con un tomahawk de piedra.
El calor en su pecho lo despertó, al abrir los ojos vio algo que solo había visto o más bien leído descripciones en libros y su corazón se llenó de temor. Tenía ante sí un apache, un verdadero apache piel roja, que sostenía una rama de árbol seco encendido en un extremo, con el que había despertado a Isaac.
- Abre bien tus ojos y mira bien, cara pálida. Durante muchas lunas, los tuyos han robado tierras a indios pobres, nosotros perder todo, tu gente robar todo, enviarnos a reservas, violar a nuestras mujeres y a nuestras hijas. Hoy es día de venganza para pobres indios, hoy violaremos tu mujer y a tu hija, pero primero lo harás tú.
- Nosotros no hicimos nada de eso que ...