1. Tres a uno


    Fecha: 06/07/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... que me arrodillara frente a él.
    
    Yo obediente, bajé el cierre de su jean que se ajustaba perfectamente a su cuerpo, metí la mano dentro y me pareció tocar fuego. Saqué su verga casi dura. Me pareció enorme. Besé su cabeza, lamí el tronco desde la base a la punta y lo miré a los ojos. Él me miraba con satisfacción, gimió y me dijo: toda putita, cométela toda. Y al decir esto me tomó con sus manos del pelo y la empujó toda dentro de mi boca haciéndome atragantar y hasta llorar. Me mantuvo unos momentos mi cara contra su pelvis y luego comenzó a mover mi cabeza al ritmo que quería. Suspiraba, gemía y me decía: sí, así putita ¡qué divino que la chupás! se ve que esta no es tu primera vez, picaroncita.
    
    Yo estaba poseído por el deseo y se la chupaba como él me lo pedía.
    
    A veces me la sacaba y me la restregaba por toda la cara, untándome todo su líquido pre seminal.
    
    Luego me dijo: llegó el momento putita, te la voy a clavar en tu culito ¿eso estabas buscando, verdad? ser penetrado por esta verga de macho... y me hizo arrodillar sobre uno de los sillones, apoyando mis brazos en el respaldo y entregándole el culo.
    
    Sentí su cabeza en mi ano ...
    ... recorriendo mi raja y luego hacer presión para entrar. Su propio líquido sirvió de lubricante. Sentí cómo se abría camino dentro de mí. Me dolía... pero me daba placer a la vez... Yo esperaba que entrara un poco y luego apretaba para que se detuviera un poco y acostumbrarme, pero sólo lo pude hacer una vez, luego me ensartó de un sólo golpe haciéndome gritar. Él rápidamente me tapó la boca con su mano y me dijo: ¡qué puta que sos, cómo gozás! Y comenzó a moverse dentro de mí a un ritmo bien fuerte. Su pelvis chocaba contra mis nalgas al igual que sus huevos. Los dos transpirábamos, gemíamos, gozábamos hasta que después de un buen rato de ese salvaje mete y saca, sentí que su verga se hinchaba en mi interior y unos cuántos chorros de leche me inundaron por dentro. En ese momento, sentí el ruido de llaves en la puerta y vi que entraron Leandro y un amigo. Quería morir, correr, desaparecer pero estaba ahí aún con Ariel dentro de mí. Leandro y su amigo quedaron mirando aquella escena, cerraron rápidamente la puerta y Leandro dijo: ¡ah bueno, esta noche empezó aburrida pero termina en puro goce!
    
    Y Ariel me pregunta: ¿y putita, te bancás dos vergas más en tu culito? 
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