Conquistado por el viejo - 2ª parte
Fecha: 15/01/2018,
Categorías:
Gays
Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos
Habían pasado ya los 3 días, y allí estaba yo a 8:30 de la tarde.
Cuando llegué, ya me estaba esperando el viejo en el coche. Nada más llegar, me abrió la puerta, subiéndome al coche.
Hola, ¿que tal estás?, me preguntó.
Bien le contesté, ¿.
¿Como tienes el culito? ¿has tenido molestias en él?.
No, ¿porqué iba tener?
Mejor, así hoy lo pasaremos mejor.
Te voy hacer gozar hasta que te derrita el culito tan rico que tienes, mi niño, me dijo.
Se sacó la polla, y me ordenó, anda salúdala, y dale la bien venida a la pollita que te va hacer gozar, anda.
Mientras me agachaba, le agarré la polla con las manos, llevándola a la boca.
¡Aaaaaahhhh! Como te echaba de menos ¡aaaaahhhh! Que boquita tienes, anda sigue mamándola, mientras nos vamos.
Primero vamos ir a junto unos amigos, que he quedado con ellos, tomamos algo, luego vamos darle placer a ese culito tan rico que tienes mi niño; hoy le vamos dar una buena ración de polla, para que no sufra tanto.
Me llevó hasta la calle San Juan, que fue donde aparcó el coche.
Mientras íbamos llegando, había dejado de chuparle la polla, para no ser visto por la gente que había en la calle.
Salimos del coche, y nos encaminamos al bar Huevito, que fue a donde me llevó.
Allí estaban 4 viejos más, a los que me presentó; estuvimos bebiendo con ellos durante 2 horas.
Ellos bebían vino Ribeiro; yo como no solía beber, no sabía que tomar; me hicieron beber igual que ellos.
Cuando salimos de allí, yo iba ...
... ya medio mareado, por beber tanto vino.
Se despidió de ellos; a uno le dijo que luego nos vemos allá.
Montamos en el Seat 127, arrancó, nada más hacerlo, me dijo, ¿estás mareado?
No, le contesté, lo que pasa es que no estoy muy acostumbrado a beber vino. Y claro que estaba mareado, pero...
Anda, sácame la polla, y ve dándole una mamada, que está necesitando de tus besitos.
Así lo hice.
Empecé a chupar su polla, como el más rico de los manjares.
Esta vez me llevó al monte de la Zapateira. Cuando llegamos allí, me fijé que estábamos entre un bosque de pinos, y poco más sabía, ya que no tenía idea de por donde habíamos ido, al ir todo el tiempo agachado, mamando aquella rica verga.
Yo había creído que íbamos ir al mismo sitio de la otra vez, pero él se encargó de decirme que esa semana, no se podía ir allí. Como no dio más explicaciones, pues no dije nada más.
Sácate toda la ropa, y échala en el asiento de atrás, me ordenó.
Empecé a quitarme los zapatos, desabrochando el cinturón, luego sacarme los pantalones, y slip, para luego sacarme una camiseta que traía.
El también se desnudó completo, dejando la ropa junto a la mía.
Me mandó echar el asiento para atrás de todo, y luego lo reclinó para que quedara totalmente acostado.
Queda así un momento, que voy coger unas cosas del maletero, me dijo.
Abrió la puerta del conductor, la cerró y salió hacia el maletero.
Luego vino por la puerta del acompañante; traía una especie de esterilla; pero ...