Don Roberto - Relatos Eróticos

Don Roberto

Con esto de la pandemia y cansado de estar en un apartamento, compre un pequeño campo en el medio de la nada, cuando llego al lugar al rato de estar allí, se apersono un veterano del campo lindero presentándose y poniéndose a las órdenes, era un veterano de 62 años que estaba empleado de casero ahí. Pasaron los días y quise mover unos tronco de árbol y no podía, a lo que decidí ir al campo vecino a solicitar ayuda, al llegar lo veo a don Roberto al costado de un galpón agachado y me dirigí hacia él, al acercarme me quede congelado, estaba atrás de una perra y la tenía ensartada, la perra se soltó y corrió hacia mí, don Roberto se da vuelta y al verme se puso nervioso, a lo que me adelante y le dije, tranquilo don Roberto, solo venía a ver si me daba una mano, pero veo que está muy bien ocupado, levantándose y guardando su verga me dijo, me apena que me haya agarrado en estas tareas, tranquilo don Roberto, lo entiendo le dije, la soledad en el campo es mucha me dijo, me imagino don Roberto más con esa hermosura que tiene, se quedó en silencio observándome mientras se acercaba.
Que es lo que anda precisando, para que soy bueno me dijo, la verdad solo quería correr unos troncos, pero pueden esperar, se ve que usted es bueno para muchas cosas don Roberto, y todo depende de lo que ande precisando me dijo, la verdad que después de verlo con su perrita, sentí envidia de ella, y si en verdad es bueno, me gustaría comprobarlo.
Vamos para la pieza me dijo, una perrita como vos se ...

... disfruta más en una cama, le sonreí y lo seguí a solo unos pasos, entramos a su pieza y había una cama grande, mesa de luz, cómoda, un televisor viejo y mucha ropa tirada por todos lados, ponte cómodo me dijo mientras se sacaba la ropa, yo hice lo mismo y quedamos los dos totalmente desnudos, lo mire de arriba abajo, pelo canoso, bigote, cuerpo peludo, bastante delgado, con la piel quemada por el sol, una verga de 17  centímetros en medio de una mata de pelos, una bolsa conteniendo dos huevos, piernas más bien flacas, me acerque, lo abrace y nos empezamos a besar, me acaricio las nalgas y acaricie sus huevos y tome su verga acariciándola suavemente, su lengua bailaba en mi boca, me acostó sobre la cama boca arriba, me observo un instante, mostrarme como esta esa colita, se ve que estas muy caliente, le sonreí y le dije que si mientras me daba vuelta y deje mi cola frente a sus ojos, me acaricio las nalgas y me dijo que hermosa, hace mucho que no acariciaba una cola tan linda, sus manos abrieron mis nalgas y sentí su bigote y cuando su lengua toco mi hoyito, largue un suspiro que inundo toda la pieza, su lengua se adueñó de mi culito dándome placer y sobre todo dilatándome, mi suspiros se convirtieron en suplicas, hay papi hacerme tuya por favor empecé a gritar entre suspiros, don Roberto se abalanzo con su verga dura contra mu culito, posiciono bien, me agarro de las caderas y hundió firme y lentamente su verga en mi interior, ayyyy si, si, que verga papi, lléname la cola y ...