1. Visitando la nueva oficina de Ana


    Fecha: 19/01/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... repitiera ese pedido. Así como estaba, sin lubricación ni dilatación, se la metí entera a esa perra por el culo, haciéndola gritar de dolor.Helena se retorció y hasta intentó zafarse de mi abrazo, pero la mantuve en posición, mientras me hundía cada vez más profundo en su culo…Luego ella dejó de quejarse y comenzó a embestir con sus nalgas mi vientre, tratando de que mi verga dura entrara bien a fondo todavía más.En menos de cinco minutos me hizo acabar, luego de bombearle el trasero con mucho frenesí, pensando que ese hijo de puta del jefe le estaba haciendo lo mismo a mi esposa.Me salí de Helena y ella se abalanzó sobre mi verga todavía erecta, dejándomela limpia a lengüetazos. Luego acomodamos nuestras ropas y salimos de ese pequeño lugar.Al llegar al piso superior, los gritos de Ana a través de la puerta habían cesado. Esperé un rato allí solo, hasta que por fin la puerta se abrió y apareció mi dulce mujercita.Estaba impecable, con un elegante traje sastre y tacos altos. Su pelo estaba recogido en una cola de caballo y su maquillaje intacto, pero se la notaba arrebujada, como acalorada y con su hermoso rostro colorado.Caminó hacia mí con cierta dificultad y no por culpa de los tacos altos.Era evidente que acababa de ser cogida y hasta diría, sodomizada…Ana sonrió al verme y me llevó a su oficina, que era la contigua a su jefe.Pero antes de entrar tuve otra sorpresa: de aquella oficina salieron cuatro hombres arreglándose las ropas y peinándose los cabellos con los dedos.Algunos de ellos reían y otros parecían tratar de recuperar el aliento.Miré sorprendido a mi dulce Anita y ella trató de rehuir mi mirada. Entonces supe que mi adorada esposa había estado allí adentro disfrutando no solamente de la verga de su jefe, sino además había sido seguramente sodomizada por esos cuatro hombres…Ana me dijo: “No preguntes… es mejor que no lo hagas…”Miré hacia atrás. Helena estaba de pie en la puerta de su oficina y me hacía la señal de los cuernos con sus dedos…
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