Cuando naces para.....P (4) - Relatos Eróticos

Cuando naces para.....P (4)

... ratos suavecito y a ratos con lujuria con ganas como si aquello se fuera a terminar y ya no quedará coño en el mundo cuando  esté hombre amado exploraba con su lengua el hoyito de mi vagina o cuando  sus labios se adueñan de mi clítoris eso eso mi querido lector es ver el cielo.  Mis gemidos pasaron a ser algo  no se da algo de pena reconocerlo pero los sonidos que mi boca producían ante las caricias de mi esposo  son algo  guturales  algo bien animal la pura verdad y mi espalda y piernas se contorcionaban   como por electricidad no sé explicarlo pero era lo más fuerte que había sentido hasta ese momento, en los años de casada que ya teníamos no habían sido pocas las veces que me lo comió  pero insisto ese día el estaba más que iluminado como algunos de ustedes se puede imaginar mi orgasmo llegó rápido violento y GIGANTE y desesperada lo sujete con mis manos de su cabeza y francamente  lo restregue como estropajo contra mi panocha  y es que lo quería sentir así, la cantidad de fluido que salió disparado de mi coño fue escandaloso como escaldaloso fueron mis gemidos y gritos  mi marido valiente y pervertidamente recibió mi géiser amatorio y el muy guarro hasta se trago una buena cantidad, plum calleron mis caderas y mis nalgas en la cama uffff que gozada acaba de dar crédito mi pude me lo moje el sudor de la cara y alce la cabeza para ver empapado a mi marido  después el estaba secando su cara y pecho con una camisa de su pijama que estaba sobre la cama pero aquello no paro ...

... allí  el se incorporo solo para acomodarse entre mis piernas, a los pocos segundos tenía mis pantorrillas junto a su mejillas  su verga durísima a punto de penetrarme y así paso de un solo empujón hasta los guevos creo que entraron  al recordarlo ahora puedo decir sin temor a equivocarme que eso fue  de otro nivel  con esa clavada  de verga que me dio mi esposito allí mismo tuve otro orgasmo   con las piernas levantadas y sujetas por sus manos, ese fierro caliente estaba marcando mi cuello úterino arrancándome unos berridos que creo los escucharon en toda la colonia  (espero que mis hijos no los hayan escuchado y si lo hicieron pues ni modo a pagar la terapia ) plas plas plas plas ese amado y tierno hombre me estaba embistiendo sin ninguna contemplación   plas plas plas casi  que con saña desde mi perspectiva mis piernas levantadas y separadas a todo lo que daban mis tobillos sujetos por esas robustas  manos  y no sé cómo pero tengo la pelvis en un ángulo más que divino eso hace que las embestidas de mi esposo sean profundas pudiendo llegan al secreto de mi cuerpo a ese lugar que con cada toque de su verga simplemente me hacía estremecer, joder que rico coge este hijo de su chin.... Bueno creo ya entendieron  les diré que fueron no se diez o quince minutos no se  exactamente pero fueron hasta ese día los mejores minutos de puro y lujurioso sexo me cogió como se le dio la gana y yo disfruté como loca como perra. A la mañana siguiente si me dolía todo pero se los juro me fascinó  ...