Manos mágicas con mi tía - Relatos Eróticos

Manos mágicas con mi tía

... sería en su cama, estaba con un polo y pantalón de buzo de franela, comence con los masajes y poco a poco se iba relajando.

-! Hum.. mm.. hum.. ¡

Cuando mis manos le tocaban su espalda y caderas también sentía que mi verga se me iba poniendo dura, cuando terminé ya me iba al baño a echarme un poco de agua para bajarme la calentura y vi que su mano la tenía entre sus piernas y sin pensarlo me dijo 

-! Acá también me duele un poco.¡

Yo no supe que contestarle en ese momento ella era mi tía solo la vi y entre al baño, si fuera otra mujer sabia muy bien que hacerle, luego de unos minutos en el baño había logrado que pierda la erección al salir mi tía estaba avergonzada no solo se relajó bien sino se calentó mucho también y se dejó llevar y me pidió disculpas.

-! No se preocupe tía, no pasa nada.. ¡

Ya eran dos las veces que me di cuenta que con mis masajes se excitaban mis tías y yo también un poco no le di más importancia y lo dejé ahí como una anécdota  pasaron quince días cuando de nuevo me llamo mi tía Charo y quería sus masajes, mi tía estaba mucho mejor que la tía Meche.

Ahora ella me dijo que quería los masajes en su cama para que su espalda esté más cómoda, si esa era su decisión yo la acepté, y me dijo que había averiguado y que lo mejor era que ella estuviera con menos ropa posible y dijo que la esperé y cuando regresó solo se cubría con una toalla blanca y me entregó una crema para su piel .

Ya ...

... había acondicionado su cama para recibir los masajes estaba con una sábana blanca encima , y mi tía se echo boca abajo y cerró sus ojos, mis manos empezaron en su cuello y luego hombros a darle leves fricciones y sentía su respiración algo rápida, yo tenía un poco de reparó en seguirla tocando porque mi erección iba en aumento 

-! Uyy que rico se siente, vamos Andres no tengas miedo tu sigue haz de cuenta que no soy tu tía. ¡

Mis manos fueron bajando por su espalda hasta llegar a sus nalgas que se veían hermosas debajo de la toalla, esa zona no la toqué y continúe en sus piernas y seguir hasta su pies, cuando ahora iba subiendo mis manos tocaban la parte interna de sus muslos y por un poco no llegué a tocarle su vagina.

-! Hum.. mm....mm.. hum.. ¡

Yo subí con mucho cuidado de no tocarle nada que no fuera debido y cuando ella me dijo que si iba a voltear al hacerlo la toalla que la cubría se cayó al piso, ahí quedé sin saber que hacer pero ella me dijo que no me preocupe que ls ves como si fuera una cliente más sus tetas eran hermozas, ahora mi mano recorría el contorno de sus senos sus pezones estaban ya erectos y eran grandes.

Estaba a mil ya con una tremenda erección así que me armé de valor y los toqué, esperando que mi tía no reclamé y para suerte mía no lo hizo, solo me vio y dio una leve sonrisa, mis manos magreaban ya esas ricas tetas ella gemia ahora y cerraba los ojos disfrutando de los masajes de su sobrino.