Mamita va a la esteticista - Relatos Eróticos

Mamita va a la esteticista

Maggi decide cambiar de esteticista. La anterior no era de su gusto. Bien depilatadita concurre al consultorio der Mayra. Al ingresar se encuentra con una joven hermosísima de ojos azules, casi violetas, una melena castaña con reflejos rojos que le queda inquietantes, su cuerpo, alto, delgado y con las formas perfectas la hacen soñar.
Para comenzar Mayra la lleva a un box cerrado, con una mesa de masajes y un botiquín de insumos. Le pregunta:
- Sería inconveniente desnudarte completa? -
- Por supuesto que no. - contesta Maggi.
Comienza el masaje, el cuerpo de Maggi tiembla, su respiración se altera. Mayra se da cuenta rápidamente de la situación.
Está masajeando el vientre y Maggi, con voz trémula pide:
Masajeame más abajo, por favor. -
Mayra, sonriendo se acerca a su oído y pregunta:
- Quieres que te pajee? -
- Si... por favor! -
Mira, aquí no puedo, pero me gustaría hacerlo contigo. Te doy mi celu y combinamos?
- Si... hazlo, por favor. -
Cuando termina la sesión Maggi se viste y se retira en un temblor de ansias y temores.  A la hora de llegar a su casa suena el celular, es Mayra. Hola amor, dame tu dirección y voy, si puedes recibirme.-
Al ratito hay una llamada, es Mayra. Maggi viste un babydoll semitransparente que muestra su ...

... desnudez. 
Se besan, sus labios sedientos no pueden separarse, sus lenguas invaden bocas hambrientas y sabrosas, las salivas se mezclan en una infernal mezcla de deliciosos sabores.
En camino al dormitorio se van desnudando.
Sus cuellos son testigos de labios obsesivos, sus tetas acariciadas, lamidas, chupadas y mordidas, sus vientres quedan húmedos por las lenguas, Es inenarrable todo lo que sucede en los clítoris, los labios vaginales, los culos de esas mujeres. Dedos, Manos completas, bocas dejan sus marcas en esas nalgas, muslos agujeros. Los gemidos y susurros quiebran el silencio de ese dormitorio. Una sobre la otra, otra sobre una, una detrás de otra, otra detrás de una, tijeras. Squirtings sorbidos mutuamente. Son sacerdotisas del placer lésbico adorando a su diosa Safo.
Llega el descanso y las confidencias postergadas por el deseo.
Ambas reconocen que además de su deseo lésbico tienen deseo hetero. Maggi comenta que su marido Dani, por un problema de salud más cirugías es impotente, pero que ha ha sido cogida por vergas más que importanes. Mayra le cuenta que tiene un amante que también es bisexual. Acuerdan de invitar a esos hombres a un próximo encuentro.
Con un beso increíble se separan y esperarán ese encuentro con todas sus ansias.