La vecinita 2 - Relatos Eróticos

La vecinita 2

continuación del relato: la vecinita.
Al día siguiente Silvia llego puntual a la estación de tren, yo con solo verla tuve una erección de campeonato. es obvio que la noche anterior me la pele pensando en aquella chiquilla y en como se me había sobado el pene. 
ella vino hacia a mi con vergüenza, casi sin atreverse a mirarme a la cara. el viaje transcurrió normal, ninguno de los dos mentó el tema. ella parecía avergonzada y yo tenia miedo de forzar la conversación y que todo terminara de aquel modo. así transcurrió una semana en la que pareció que los dos habíamos olvidado todo lo ocurrido pero el viernes de esa semana un llamada de la madre de Silvia me sorprendió a mitad del trabajo. en primer momento cogí el móvil con miedo de que ella se hubiera enterado de alguna cosa pero al coger la llamada me di cuenta que maría (la madre de Silvia) necesitaba un favor. la tía de Silvia había sufrido un ataque de apendicitis y ella la llevaba al hospital. me invito a que saliendo del trabajo fuera al hospital con Silvia y de allí cogiera su coche y me la llevara a su casa. tendría que quedarme con la pequeña hasta bien entrada la noche ya que su hermano mayor no llegaría hasta las 2 de la madrugada a casa.
Para mi eso fue una señal, solo con la idea volvía a estar empalmado así que recogí a Silvia y al contarle el plan ella me abrazo preocupada por su tía. llegamos a su casa sobre las 18:30 de la tarde. momento en el cual ella desapareció para reaparecer a los pocos minutos ...

... con un vestidito corto y el kit de materiales para hacer los deberes. estuve una hora ayudándola a hacer sus tareas hasta el momento en que ya con algo de hambre le pregunte que quería cenar.  aunque su madre me dijo que podía coger lo que quisiera del congelador me apeteció algo de comida a domicilio así que le ofrecí invitarla. ella quiso comida china así que hicimos el pedido y mientras esperábamos ella se fue a darse un baño. no se porque motivo en un momento dado mis pies me guiaron hasta el pasillo. que gran sorpresa fue que en ese oscuro pasillo una columna de luz me indicaba que había dejado la puerta del baño abierta unos centímetros, no sabia si era su costumbre o una invitación pero no pude mas que echar un ojo por esa rendija que asomaba al cielo.
al asomarme la vi, con las gotas de agua corriendo por su joven, blanca  y dulce piel. en ese momento me pareció una joven diosa rodeada de un vapor que nublaba la ducha y mi razón. parecía que mi pantalón iba a explotar cuando ella apago el agua, yo salí del pasillo y volví a la sala de estar esperando verla salir con el pijama, pero en ese momento el repartidor llamo a la puerta. 
pague y cenamos de lo mas normalmente, ella se había puesto un camisón delgadito y holgado que me permitía ver sus muslos que me parecían los mas bonitos del mundo. al acabar de cenar ya me disponía a poner una película cuando ella de forma repentina me dijo esas palabras que yo esperaba oír.
-me vuelve a doler la espalda
yo me hice el ...