1. El pecado.


    Fecha: 06/05/2021, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... el primer torrente de un ardiente y cremoso semen, que me lanzó con fuerza para chocar en lo más profundo del paladar blando y caer directamente a la epiglotis y luego a la faringe y el esófago, donde sentí la calidez de rico líquido. Lo saqué un poco de mi boca para recibir el segundo chorro del nutritivo néctar, que retuve en mi lengua para saborearlo y enjugarlo detectando su sabor y consistencia de la miel con un delicado toque de sal y limón, al cual se agregó un tercer chorro que me aventó y que agregué al anterior para tragar con gran avidez y beneplácito, ese néctar de los dioses. Esa fue la primera vez que disfruté de los mecos de un hombre de salud plena, bien alimentado y libre de sustancias nocivas, propias de los vicios del tabaco, alcohol y drogas. Era un sabor muy diferente a los de don Nato e Hilario, pero muy parecido a los del Balta que era menos dulzón. Siguieron 2 o 3 chorros menos abundantes con los que me deleité captando su rico sabor a chocolate y consistencia cremosa, para rematar con otras tantas succiones con las que absorbí todo lo que se había quedado rezagado a lo largo de la uretra y que engullí con mucho placer, sin quitar de mi boca el caliente rollo de carne que me había dado tanta delicia. Todo aquello había sucedido en medio de muy expresivas manifestaciones de gozo del cura, quien quedó jadeando hondo como si acabara de correr la milla. Se notaba que el hombre había quedado feliz y satisfecho. Yo por mi parte no saqué su rica verga de mi ...
    ... boca, seguí jugando con ella dentro de mí, hasta que su erección fue bajando y salió sola. Para entonces, ambos nos quedamos quietos en la misma posición, con mis labios queriendo retener el ya pequeño palo en reposo. 
    Con la quietud vino el sueño y dormimos no sé cuánto tiempo, hasta que sentí que su verga estaba creciendo, presionándome los labios como queriendo meterse nuevamente en mi boca. El padre aún estaba dormido y tal vez por el cálido aire de mi acompasada respiración o quizá producto de algún sueño, hizo que surgiera la erección nuevamente. Mi pene también estaba erecto y secretando líquido pre seminal que se quedaba en mi entre pierna, lo recolecté con mis dedos y los embarré en la cabeza de la verga del vigoroso padre. Me di la vuelta para quedar de espalda a él, tomé su duro, largo y delgado garrote y me lo puse exactamente en mi culo que ya ardía en calentura, empujé un poco y entró la cabeza fácilmente, cuando ya estaba dentro, sentí cómo el hombre empujaba lentamente hasta llegar a lo profundo de mi recto, ahí donde termina el colon, sintiendo un ligero dolor al llegar al tope. Con mi mano tacté que aún quedaba una parte fuera de mí, lo aprisioné con los dedos índice y pulgar a manera de barrera, que detendría la entrada del exceso y empezó el mete y saca, lento al principio pero que fue aumentando conforme se incrementaba el ímpetu del hombre que se estaba metiendo dentro de mí.
    Las molestias que sentía cuando la cabeza topaba en algo al fondo de mi recto, ...
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