1. Menage trois


    Fecha: 21/01/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    El estaba profundamente enamorado de su esposa. Sus besos lo hacían delirar. Nadie lo había besado así en su vida. Sin embargo estimaba que sería mucho más bonito si pudiera ver el rostro apasionado de su esposa al besarla.
    
    Había pensado en filmar o fotografiar un beso para poder apreciarlo, pero grande fue la sorpresa cuando le contó a su esposa y ella le respondió diciendo que un beso no era nada malo, que en la antigüedad las personas se besaban en la boca: amigos y parientes mostraban su afecto con un beso sin pensar que estaban engañando a nadie; que hasta los primeros cristianos se saludaban besándose en la boca sin inconvenientes morales así que, si él quisiera, podría mirar mientras ella besara algún amigo en la boca y disfrutar del momento sin llegar a pasar de esas instancias. Aunque él aceptó, pronto se olvidaron del asunto.
    
    Fue después de mucho tiempo que viajaron al pueblo natal de ella con sus hijos y caminando por la feria se encontró con un novio de su primer adolescencia. Se saludaron como viejos amigos, ella le presentó a su familia y cuando cada cual iba a seguir su camino él invitó al antiguo novio a comer un asado esa noche ya que al otro día volvían a sus pagos.
    
    A las 8 en punto llegó con una botella de cerveza y al rato estaban comiendo. La sobremesa fue tan larga que los chicos se quedaron dormidos. Ella fue a acostarlos mientras los recién conocidos conversaban. Se demoró más de la cuenta y apareció trayendo una bandeja con café vistiendo ...
    ... sólo la camisa de su esposo.
    
    Mientras tomaban el café ella comentó la antigua conversación y le dijo al amigo si no se animaba a cumplir el sueño de su marido.
    
    El hombre se sentó en un sillón, los antiguos novios se pararon frente a frente y por unos instantes quedaron inmóviles tal vez rememorando un pasado hermoso. El rompió la inmovilidad pasando sus manos por la cintura. Ella lo tomó del cuello y se fundieron en un beso profundo y dulce como si el túnel del tiempo se hubiese apoderado de sus cuerpos.
    
    El marido observaba con vehemencia sentado en el sillón. Cuando no pudo más, en silencio se levantó y caminó hacia ellos para ver a su amada mas de cerca.
    
    Cuando se dejaron de besar él comenzó a saborear el lóbulo de su oreja. Fue allí cuando su marido, pasando la mano por su cintura comenzó a besar su cuello.
    
    El leve gemido y el corte de su respiración fueron la orden que recibió su marido para subir las manos hasta acariciar sus enormes pechos. Ella dando vuelta su cuello lo besó apasionadamente mientras él desabrochaba los botones de su camisa
    
    Lentamente ambos hombres se posicionaron para saborear sus pechos ardientemente mientras ella acariciaba sus cabezas.
    
    Sus gemidos aumentaron y su respiración se entrecortó cuando sus hermosas nalgas se hicieron dueñas de las caricias de ambos amantes.
    
    Ella puso el fin allí. Ellos volvieron a sus labios y a su cuello mientras ella se abrochaba la camisa, terminaron el café y se despidieron antes de tomar el avión ...
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