1. El demonio de la cañada.


    Fecha: 14/05/2021, Categorías: Tus Relatos Autor: Albaro Ballesteros, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    BRICE..
    Brice era una mujer de piel morena, labios finos y mirada serena, delgada, alta y de larga cabellera.
    A sus treinta y cinco años era hermosa la condenada, también era esposa y madre, y sus únicos defectos era ser fiel puritana y rezandera, ya que a noche y  mañana su rosario rezaba y contaba bien las cuentas que en el rosario llevaba, en su casa tenía altar, donde vivían Santos ángeles vírgenes querubines, y nunca una vela le faltaba, y su amigo era el cura, un negro Sambo que no cabía en la sotana, pero prestó y fiel a confesarla cuando ella lo nesecitaba. Pero el demonio es demonio, y ataca a estás almas buenas en forma despiada, y fue una noche de esas que la brisa es fresca y suave y la luna pálida, ella en ropa de dormir y rosario en mano salió a la trastienda de la cabaña, rezaria un poco mientra la brisa la refrescaba, pero allí estaba el maligno, el coco el Satanas el Lucifer padre de la maldad, convertido en un negro Sambo desnudo y con lo enorme de su vergüenza levantada, Bricé tubo miedo del demonio de la cañada, quiso correr quiso gritar.
    ¡ay! De mis hijos.
    ¡ay! De mi esposo que duerme solo en la cama, ella siendo una mujer fiel y puritana, no pondría en peligro a su esposo y sus hijos que dormían en la cabaña, como una fiera herida que defiende a su prole, se abalanzó sobre el demonio de la cañada, derribandolo al suelo de espalda con toda su maldad expuesta y levantada sin darle tiempo de levantarse se trepó en cima, muslo ...
    ... contra muslo y vientre contra vientre, el diablo perdía la batalla ante la mujer puritana, la luna era pálida, su luz pálida alumbraba los muslos de la mujer resandera de la mujer puritana, que se movían hacia los lados hacia adelante hacia atrás hacia arriba, mientras sus manos se aferraba al pecho de aquel demonio, el demonio sintió la fuerza del rezo de la puritez de la fidelidad de la mujer casada, dejó que ella ganará, y entre sudor gemidos, rezos brisa y luna pálida, el diablo perdía la batalla, y la mujer ganaba quedó el diablo tirado en la sabana, sin fuerza y con la maldad dormida y perdida la batalla, la mujer muy oronda se levantó y le gritó al vencido en la cara, si gustais venga mañana para repetirle la dosis maldito demonio de la cañada, entro a casa y la luna pálida iluminó a su familia dormida...y felíz abrazo a su esposo, por ellos, solo por ellos, había peleado y ganado la batalla, al día siguiente entre rezos y velas el cura negro Sambo que no cabía en la sotana, en el confesionario la esperaba, para oir los pecados de la mujer puritana, después de oírla el cura le recomendó, ser más cebera,  más fuerte, y más dominante, que más despiadada con el diablo de la cañada, al salir la mujer del confesionario el cura vio sus caderas entre luz mesiéndose bajo la falda y sintio el cansancio en su pelvis, relajado  en el banco del confesionario pensó, haa...está noche volveré a la cañada...
    Copyright
    Albaro Ballesteros 
    Poeta colombiano.
    D. R. A. 
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