Todo por unos pies - Relatos Eróticos

Todo por unos pies

... que tenía una reunión en otro lugar, y ella llegó borrachisima a buscarlo, como vio que no estaba se abrió conmigo de que ella pensaba que mi jefe la engañaba con alguna otra mujer perteneciente a nuestros clientes, lloraba y lloraba conmigo mientras yo la consolaba, en si el momento era algo excitante, porque estaba en pantaloneta y tenía unas piernas y pies muy blancas, de lo mas llamativas, e igualmente usaba blusas bastante escotadas o ya sea bastante aguadas como para que se le marcarán las deliciosas circunferencias de sus pechos. Muy triste me dijo que necesitaba otro trago, y pues yo por quererla complacer se lo fui a comprar, grande fue mi impresión cuando se lo tomó que poco a poco se fue quedando dormida, en ese momento me entró un hambre y un extasis nada normal, pude saber lo borrachisima que estaba para poder aprovechar y ver lo que quería. Así que vine y comencé a sobarles las tetas, eran pero riquísimas, grandes y blanquitas con peones rosados muy apetitosos (llevaba un sostén negro) luego baje un poco mas y comencé a masajear sus piernas, calientes y bastante suaves, hasta que rápido agarre sus pies (sus uñas pintadas de negro) y me metí uno a la boca mientras toqueteaba el otro con tremenda ansía, lo que estaba pasando era una oportunidad ...

... irrepetible y algo que había deseado, sus pie estaba delicioso y tenía buen olor, mientras que mis manos se encargaban de tocar sus piernas y en medio de sus dedos, su rica planta que era rosadita y bien arqueada, toda una belleza. Luego cambié de posición y me puse sus pies en el pecho mientras le tocaba las tetas, estaban durisimas y llenas de carnita deliciosa, también se hallaban calientes, y su pezon rico, me tomé un momento para chuparselos, algo demasiado delicioso, en ocasiones en los que la tocaba gemia de lo sedada que estaba, pero una especie de gemido como si las estuviera penetrando, demasiada excitacion para el momento. Al final pues lo que cualquiera que me comprenda hubiera hecho, tome sus pies y comencé a masturbarme con ellos, sus deditos hacia mí dirección que me miraban y plantas rozando e suavemente mi pene que estaba completamente rojo y que me estallaba, mientras pasaba mi mano por sus talones y sus dedos, no fue tanto el tiempo para venirme a chorros en sus pies, una de las eyaculaciones mas potentes que he tenido en mi vida cumpliendo una de mis fantasías. Mas allá de esta historia los fetichistas de pies tenemos mas que contar por cómo nos vuelven locos este tipo de situaciones así que en otro momento estaré comentado algún otro relato.