1. Soy cornudo


    Fecha: 23/01/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Me llamo Carlos, tengo 32 años, casado, argentino y cornudo. Mi esposa se llama Delia, 28 años, peruana, vivimos en España hace seis años y desde novios siempre me gusto que mi mujer me ponga los cuernos, ver como la cogen, de echo, unas vacaciones cuando nos fuimos a la playa, estábamos por casarnos, y como regalo de casamiento ella se dejó romper la cola delante mío con un señor que conocimos en un bar, fue un espectáculo maravilloso escuchar sus gritos mientras ese hombre le metía la pija y le rompía el ojete. Recuerdo que mientras ella se la estaba chupando yo le pasaba vaselina por el ano, le abrí bien sus nalgas y veía como lentamente y entre los gritos de dolor y placer de Delia, ese hombre le iba metiendo la pija, veía como le entraba, como se le abría el ojete, como la cogía y le sangraba el ano. Estaba tan caliente, que mientras ese hombre le cogía la cola a Delia, yo me masturbe y me acabé sobre su espalda. No siempre estoy con ella cuando la cogen, pero ella se graba y me cuenta con lujos de detalles como está cogiendo. Me fascina verla como chupa la pija y me muestra como le llenan la boca de leche y ella la traga. Verla desnuda llena de chupones, su cuello, sus tetas, sus nalgas rojas de los azotes que le dan. Abrir sus nalgas y ver su ojete bien abierto, totalmente dilatado, chuparlo aunque este lleno de leche. Le dije que deje de cuidarse, que quiero que se embarece, mío o de quien sea, no me importa. Sus compañeros de trabajo se la han cogido todos, y se ...
    ... la siguen cogiendo, ella me cuenta, o me manda los vídeos. Una tarde salimos a caminar, Delia iba con una pollera poco mas arriba de la rodilla, pero sin nada debajo, ya que siempre que salimos así, ella termina cogiendo. Íbamos caminando por un parque, donde estaba sentado un señor mayor, de unos 60 años, vemos que la mira, ya que Delia tiene un buen cuerpo, nos paramos frente a ese señor, dándole la espalda,.como si estuviéramos viendo algo, y le levanto la pollera, dejando que le vea las nalgas, el señor empezó a toser y nosotros casi empezamos a reir a carcajadas, yo seguía levantando la pollera de mi esposa. Yo le besé los labios y me fui para un lado, y Delia lo mira al señor y se pasa la lengua por sus labios muy insinuante y empezó a caminar en dirección contraria a donde había ido yo. El señor se levantó y la empezó a seguir, yo di la vuelta y los seguía a los dos. Ese parque al fondo, hay muchos arboles y matojos altos. Me acerco sin que me vean, y veo a Delia de rodillas chupando la pija del viejo, «tranquilo amigo, no pasa nada, me gusta ver como se follan a mi mujer», le dije al señor, ya que cuando me vio, se había asustado. Delia seguía chupando y el hombre no dejaba de mirarme. Mi mujer se puso de pie, le dio la espalda, agachando su cuerpo y sacanda bien su cola, agarró la pija del señor y la hizo entrar en su concha, moviéndose ella para adelante y para atrás, gimiendo como loca, el señor estaba estático, como paralizado, hasta que yo mismo le levanté la ...
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