La ahijada de mi madre - Relatos Eróticos

La ahijada de mi madre

... completo de algún curioso, hacía ahí dirigí el auto sin dejar de jugar con su coño.

Llegamos y le pedí que pasáramos al asiento trasero, le quité el pantalón por completo, a pesar de la penumbra podía admirar su cuerpo, mis dedos entraban y salían de su pucha, completamente húmedos, volvió a venirse, puse un dedo en su culo y empujé poco a poco, era una delicia vencer su estrechez, ella gemía a cada arremetida y levantaba más y más las piernas para dejarme hacer, salí del auto y le pedí que se hincara en el asiento.

Desde arriba su culo se veía enorme, me hinqué en el piso para mamar su coño, a cada lengüetada ella se revolvía gimiendo con más fuerza, no aguanté más, me puse de pie, puse saliva en su culo, metiendo un dedo y luego dos para dilatarlo, apretaba muy rico, cuando creí que estaba listo, puse saliva en mi verga y la coloqué en la entrada de su culo, empujé poco a poco, ella emitió gemidos ahogado, diciéndome que mas despacio, me detuve y volví a empujar, más y más despacio, su esfínter se cerraba a cada arremetida, apretando mi verga lo que me encendía más.

Finalmente logró entrar toda, la moví en círculos haciendo que ella temblara y se revolviera, sola empezó a mover hacia atrás y adelante, sacándola y metiéndola, era un placer indescriptible, la tomé de las caderas y empecé a mover, cambiando el ...

... ritmo, no quería que eso terminara, se vino lanzando un grito ahogado, apretando el esfínter, dejé que acabara y empujé más fuerte y más rápido hasta que me vine, dejé mi verga dentro de ella hasta que sentí que me había vaciado.

Me salí y ella se tendió en el asiento, limpié mi verga con un pañuelo desechable que tiré en la banqueta, me senté a un lado de ella, acariciando sus nalgas, jugando con su coño, su respiración poco a poco volvió a la normalidad, me pidió que le acercara su ropa, se vistió con ciertos problemas por lo reducido del espacio, se acomodó el cabello, salió del auto y se acomodó en el asiento del copiloto. 

Entre al auto, lo encendí y arranqué, ella se recostó en mi hombro, puse mi mano en su pierna y así partimos, al llegar a la casa de sus papás me preguntó si quería pasar a lo que me negué, me dijo que quería que nos volviéramos a ver, por supuesto que si, sólo que no se lo digas a tus papás ni a mi madre, ella estuvo de acuerdo.

A partir de ahí nos vimos por un lapso de más de dos años, siempre para coger, aunque ya lo hacíamos en algún motel, en ese tiempo solo se me dejó hacérselo por el culo, sólo mi verga probó su coño hasta un año después de que se casó, esa ocasión fue épica y nunca más hemos vuelto a hacerlo, ahora es la madre de dos pequeños y ella está mas hermosa que nunca.