1. Atracción incontenible


    Fecha: 24/01/2018, Categorías: Incesto Autor: Vero, Fuente: CuentoRelatos

    ... susurrando
    
    —¿también a ti te gustó? —preguntó mi hermano mirándome a los ojos
    
    —si... y mucho, no dejo de pensar en eso desde aquel día —me arrepentí de lo que dije, pero era la verdad
    
    Se quedó mirándome, se acercó y tomándome de las manos dijo:
    
    —¿no crees que dejamos las cosas sin terminar esa tarde?
    
    —tal vez... pero que sugieres —Sabía lo que estaba sugiriendo y eso me tenía como gelatina
    
    Acercándose más y sin decir palabras, me tomó por los hombros y me beso otra vez, pero con la diferencia de que esta vez yo le correspondí, eran besos apasionados, como nunca había besado, ni me habían besado, besos prolongados hasta sofocarnos, me estrechaba entre sus brazos y me sentía flotar. Tomándome de la mano me llevó a su habitación, allí seguimos con los besos. Mientras nuestras lenguas jugaban, sus manos desabotonaron mi blusa y se apoderaron de mis pechos, no dejaba de besarme mientras hacía eso, ya sin blusa, me quito el sostén y me empujo sobre su cama, sus labios bajaron a mis pechos, lamía y chupaba mis pezones que se endurecieron en su boca. Fue bajando sin dejar de acariciarme con sus labios, jugo con mi ombligo, yo a esta altura ya gemía y estaba en las nubes. Me quito los pantalones y la tanga y estaba desnuda ante él, desnuda para entregarme plenamente a sus caricias. Su boca llegó a mi concha y fue un estremecimiento grandioso, nadie me había comido la concha y aquí estaba mi hermano haciéndome los deleites. Prácticamente yo gritaba del ...
    ... gusto
    
    —¡aaaaahhhhhh! ¡Sigue hermanitoooooo! ¡No pares!
    
    Y por supuesto que no paraba. Se incorporó, se quitó los pantalones y los calzoncillos, la camisa ya le había yo ayudado a quitarse. Se acercó a mi blandiendo una preciosa verga, gruesa y de buen tamaño, me quede con los ojos muy abiertos, esa verga se veía deliciosa. Se acercó más y sentí la punta de su verga en mi entrada
    
    —¿lo quieres hermanita?
    
    —siiiiii, lo quiero todo
    
    Y lentamente como disfrutando de cada centímetro lo fue metiendo y yo en la gloria sintiéndome poseída por mi hermano. Comenzó sus embates que me hacían mover toda y fueron gritos, gemidos y jadeos que acompañaron esos momentos inolvidables, fue una eternidad de placeres hasta que terminamos casi al mismo tiempo. Nos quedamos tendidos sobre la cama, tomados de la mano y mirándonos a los ojos.
    
    —¿alguna vez has sentido todo esto? —me pregunto
    
    —no, nadie me ha hecho sentir tan llena como tú, eres grandioso —y era la verdad
    
    —y tú hermanita eres divina, eres puro fuego. Yo tampoco sentí con otra chica lo que me has hecho sentir.
    
    Eso que dijo me gustó bastante, me levanté un poco y lo besé en la boca, e hice lo que él me hizo, lo fui besando palmo a palmo hasta llegar a su verga que estaba un poco dormida, pero bastó una lamida para ponerla rígida, me lo metí en la boca y se lo chupé con todas mis ganas, quería saborear ese instrumento que me había hecho gozar, pero no lo hice acabar ya que quería sentirlo otra vez dentro de mí, por eso me encaramé ...