CORTOS SEXUALES - Relatos Eróticos

CORTOS SEXUALES

... conocidos,
concluyo que no encuentro el candidato.
A punto,me encontraba de dar por desistido el deseo,pero,mí mente,y, especialmente,una parte de mí cuerpo se negaba de manera sistemática a aceptarlo,por lo que seguía atento a qué se presentara un, potencial,postulante.
De manera, absolutamente,
circunstancial,esto, ocurrió un par de semanas atrás en ocacion de haber invitado a cenar a Vicente y Ana,su esposa.Ambos son nuestros consuegros y con quienes,luego de 8 años de matrimonio de nuestros hijos,
mantenemos una,inmejorable,relación que ha devenido en una fuerte amistad.
No es nada inusual que nuestras esposas,a lo largo del año,compartan algunas mini vacaciones en algún punto turístico del país,ocacion que Vicente y yo,aprovechamos para dar rienda suelta a nuestros diferentes apetitos.El mío,y Vicente lo sabe,es el sexo y dentro de este, específicamente,me encanta meterla por el culo.El de él,es la apuesta.Vicente es ludópata,padece una fuerte adicción por la apuesta y está en una eterna recuperación que jamás se concreta.Por este motivo cuando nuestras esposas viajan, nosotros terminamos o cogiendo con algunas mujeres o en algún casino o incluso en alguna casa de juego clandestino.Por supuesto, ambos, conocemos nuestras debilidades.Vicente,como apostador de estirpe que es,le asigna a la apuesta un compromiso de cumplimiento obligatorio._
Esa noche durante la cena, contó,que llegó a apostar,iisu casa!!,que, afortunadamente, no perdió,pero,que, él, reconoció que de ...

... haber sucedido,la hubiera entregado,a pesar de no existir nada más que la palabra empeñada._
Mí mente, inmediatamente,vio la oportunidad.Esta se presentó una semana más tarde.Ante un fin de semana largo,Ana y mí señora armaron sus planes de viaje y nosotros los nuestros.Aunque,yo, armé los míos,personales.Recurri a los servicios,
pagos,de una antigua conocida.Me reuní con ella,y,sin darle detalles,le instrui lo que debía hacer.Luego de la partida de nuestras cónyuges,invité a Vicente a tomar una copa en un lugar nocturno dónde existía, siempre,la posibilidad de retirarse acompañado.Llegamos y nos sentamos.Mientras esto sucedia pedimos un par de tragos.Al poco rato,
Vicente,me toca el brazo y me dice:"La,tremenda,morocha que está en la barra no me saca la vista desde que nos sentamos".La morocha,que realmente,es tremenda,como ya habrán adivinado,era mí amiga,y empezaba a ganarse sus honorarios.Yo,como al descuido le contesté:"enviale,con el mozo un trago,e,invitala a la mesa".Así lo hizo,y,minutos después,Sandra,que así se llama,estaba sentada a nuestra mesa,
por supuesto,sin dar muestras de conocernos.La situación se desenvolvía de prisa,y,dentro de la penumbra reinante, podía ver cómo las manos volaban,por debajo de la mesa.En un momento dado,la cabeza de Sandra había desaparecido de mí vista.Los 
gemidos de mí consuegro y la cabeza de ella subiendo y bajando de entre sus piernas me indicaron que se estaba ganando hasta el último centavo que me había cobrado.Al cabo de ...