La fuerza del deseo. (Madre copular con su hijo) - Relatos Eróticos

La fuerza del deseo. (Madre copular con su hijo)

... verme así bajó su ritmo. Aún no se había venido, lo que me preocupaba mucho, porque yo ya no podía hacerle nada. Estaba absolutamente exhausta. El paró unos segundos me vio con ternura y me dijo… te amo mami. Pero aún falta… me dijo con voz seria. Yo hago lo que quieras mi amor, le dije. Pero dame tiempo que no puedo moverme, jamás nadie me ha hecho el amor de una manera tan intensa y especial. Y le di un besito en la boca. Entonces el se levantó de la cama, se paró al borde y me dijo… venga mami… aquí a la orilla de la cama. Yo a como pude me arrastré unos centímetros, que parecieron kilómetros. Me senté en la orilla, mientras el seguía de pie frente a mi. Pongase de cuatro patas en la cama mami… como una perrita, me dijo. Yo lo obedecí. El me acercó bien a la orilla. Me dijo baje la cabeza y trate de ponerla sobre la cama, pero siga de rodillas. Así lo hice, sin tener claro cuales eran sus intensiones. No tardé mucho en averiguarlo, cuando sentí que su sable entraba nuevamente en mi vagina, pero desde atrás. Me agarraba las tetas mientras me penetraba con fuerza y firmeza. Luego, me agarro de las caderas y se mecía hacia mi en un bombeo que nuevamente me estaba dejando sin opciones… el orgasmo venía pronto, era inevitable. Sentí nuevamente esa explosión de sentidos, mi concha, ya un poco adolorída de la tremenda cogida, seguía pidiendo más y más… no tardé mucho en soltar otro gemido intenso, las embestidas se volvieron mucho más rápidas, y sentía que él también estaba ...

... listo. Así en un simultaneo los dos tuvimos un glorioso e intenso orgasmo. Sentía todo su semen entrando en mi cuerpo, su minúsculos y tumultuosos espermatozoides iniciaban su camino hacia mi cuerpo. En ese momento un extraño sentimiento se apoderó de mí. Deseaba que alguno de ellos finalmente me fecundara. En ese momento de locura deseaba tenerlo dentro de mi por siempre. Tristemente la historia no terminó como deseaba esa vez…no quedé embarazada, pero esa noche se desató la más increíble historia de amor que haya existido entre una madre y un hijo.
Después de esa sesión de sexo, dormimos desnudos hasta tarde del día siguiente. Cuando despertamos abrazados, nos miramos. Yo sentí un poco de vergüenza por lo que pasó, más que en realidad fue mi culpa. Pero Arturo como un gran caballero que es me miró y me besó tiernamente. Beso que terminó otra vez en un beso apasionado. 
Arturo y yo no hemos podido dejar de hacer el amor a diario. Esto ocurrió hace más de dos años y nuestras noches cada vez se vuelven más intensas. A veces tengo miedo de que me he hecho adicta al sexo con mi hijo. Pensé que no debería limitarlo para que forme un hogar, y se lo he dije hace unos meses. Le pedí que tuviera una novia para que siguiera con su vida. Y ha sido peor. A veces tiene sexo con su novia, y cuando vuelve a la casa me cuenta como lo hicieron, pero me dice que él se imagina que lo hace conmigo mientras lo hace con ella. Dice que ha pensado que si se casa, que vivamos los tres juntos. Así podrá ...