1. Placer inesperado


    Fecha: 18/07/2021, Categorías: Lesbianas Tus Relatos Autor: Fantasito, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Soy Sole, de 29 años, hace 4 que estoy casada con Lucas y siempre me consideré hetero. Tengo una amiga desde la primaria, Marysol  con la que siempre fuimos confidentes. Por lo menos eso creía yo.  Siempre consideré hermosa a mi amiga. Una tarde me invitó a tomar el té en su departamento, ya que su marido estaría trabajando y ella estaría sola. Cuando llegué noté que estaba muy mona con una atuendo sexy y con un escote  muy pronunciado. Comenzamos a hablar, tomábamos el té y se me hacía difícil apartar mi mirada de su escote. Quizás tenía alguna excitación. En un momento Marysol me preguta:
    - Te gusta lo que ves? -
    - La verdad que sí. - respondí.
    - Te gustaría ver más ? - con una sonrisa pícara.
    Dije si, con algún temblor en la voz. Abrió más su escote y aparecieron esas dos preciosas tetas, sin sostén, totalmente desnudas.
    Con voz ronca me invitó:
    Tócalas, son tuyas. -
    No aguanté más, estiré mis manos y comencé a tomar esos pechos de diosa y allí me di cuenta de mis instintos lésbicos que no había sabido reconocer antes, aunque siempre supe que me gustaban las mujeres bonitas.
    Nuestros cuerpo se fueron acercando, Marysol con maestría fue desnudándome lentamente, en medio de caricias, besos, fricciones de su cuerpo con el mío. Me susurraba palabras de amor intercalándolas con palabras del sexo más intenso, promesas de cariño y goce fuerte. Yo era una muñeca de cera en sus manos y me gustaba, notaba que había descubierto algo en mí que me encantaba. Ya las dos ...
    ... estábamos desnudas, con una tomó mi mano y me llevó a su cama, con la otra mano acariciaba mis nalgas en forma deliciosa. Yo había perdido noción de todo, salvo de sus caricias y sus besos. Me acostó panza arriba y se montó sobre mí. Fregaba su clítoris contra mis labios y mi clítoris, sus besos eran mi perdición en un mundo de placer, Besaba mi cuello, mis orejas, mis hombros, lentamente recorría mi cuerpo hasta llegar a mis tetas. Eso era un estallido de placer que me hacía perder el sentido de lo real. Lamía, besaba, chupaba, mordía mis pezones, jugaba con mi aureola, bajaba hasta mis costados y subía hasta mis axilas. Metió sus tetas en mi boca, una a una, traté de darle el mismo placer. Sus uñas largas y perfectamente cuidadas recorrían los canales de mi espalda al lado de la columna. Eso me hacía estremecer. Bajó sus  labios por mi vientre, metió su lengua en mi ombligo, llegó al monte de venus y siguió bajando. Su boca en mi concha me hacía sentir casi unas convulsiones de placer, Metió su lengua en mi concha hasta donde alcanzó, me dio vuelta y abriendo mis nalgas metió su lengua en mi culo. Para ese momento yo había alcanzado dos orgasmos brutales, había mojado las sábanas con mis acabadas. Marysol había bebido bastante de mis líquidos. Traté de darle el mismo placer a mi amada, creo que no hice tan mal papel a pesar de mi inexperiencia. Me hizo mover y metiendo una pierna entra las mías me enseñó a hacer una tijera. Nuestras conchas se fregaban, los orgasmos se repetían, ...
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