1. Historia de un incesto


    Fecha: 24/01/2018, Categorías: Hetero Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... hizo la dormida.
    
    Nicolás, había dado un paso al frente. Se echó a su lado y mirándola, meneó la verga... Unos minutos más tarde, arriesgándose a que su madre se despertase, le tocó un pezón con un dedo. Iria, hizo cómo que se despertaba.
    
    —¡¿Qué haces en mi cama, Nico?!
    
    —Deja que te toque un poquito, mamá.
    
    Iria, encendió la lámpara que estaba sobre la mesita de noche y vio la tremenda verga de su hijo. Era del tamaño de un salchichón. Tapó la boca con una mano, y al quitarla, exclamó:
    
    —¡Jesús, María y José! ¡¿Que tienes en la mano, hijo?!
    
    —Un problema.
    
    —¡Y gordo, muy gordo! Vuelve a tu cama y desahógate allí.
    
    —Ayúdame, por favor. Ver cómo te corrías me puso enfermo.
    
    —Vuelve a tu cama que una madre no ayuda con esas cosas a un hijo. Si no anduvieras de fisgón... ¡¿No te masturbarías viendo a tu madre?!
    
    —Sí, madre, lo hice. Mi leche blanca y calentita regó la hierba de la huerta.
    
    Iria, quería acabar aquella conversación, pero su coño, mojadito no la dejaba.
    
    —Eres malo, muy malo.
    
    —Deja que te toque el coñito un poquito.
    
    —¡Ni lo sueñes!
    
    —¿Y las tetas?
    
    —¿Qué pasa con mis tetas?
    
    —Que las tienes preciosas y tocarlas ayudaría a que me corriese.
    
    Iria, dejó de hacer de madre.
    
    —Después de correrte vuelves para tu cama.
    
    —Sí.
    
    —Y nunca más volverás a pedirme que te deje tocar las tetas.
    
    —Si tú no quieres, no, mamá.
    
    —Promételo.
    
    —Te lo prometo, mamá.
    
    —Toca un poquito.
    
    Nicolás le magreó las tetas por encima de la ...
    ... combinación. Los pezones eran grandes, se pusieron duros y se marcaron en su ropa. A Iria se le empezaron a abrir y cerrar los dos agujeros, el del coño y el del culo. Nicolás, le preguntó:
    
    —¿Me dejas que te las chupe?
    
    Iria sabía que ya no podía dar marcha atrás. Estaba demasiado caliente.
    
    —Chupa si crees que te ayudará.
    
    Machacando la verga, le dijo:
    
    —Verás cómo me ayuda.
    
    Iria, ya se moría por follar. Viendo que la cosa tiraba para largo. Se la cogió con una mano, y sin mirar para ella, le dijo:
    
    —Va a ser mejor que te ayude yo, o no vamos a acabar en toda la noche.
    
    Iria, se la meneó. La verga comenzó a mojar su mano, y cómo llevaba más de 18 años sin ver una polla delante, se confesó. Le dijo:
    
    —Mamá se está poniendo malita, cariño.
    
    —Ya casi estoy, si me la chuparas un poquito...
    
    No quería que acabara, ni iba a dejar que lo hiciera, pero le dijo:
    
    —No debía, pero si vale para que acabes, lo haré.
    
    Acercó su boca a la verga y le lamió el glande. Después la metió en la boca (casi no le cabía) y se la mamó. Al ratito le dijo:
    
    —¿Crees que ayudaría a que te corrieras si me doy la vuelta y restriegas tu polla en mi coño?
    
    —Creo que sí, mamá.
    
    Iria, se dio la vuelta, se quitó las bragas. Nicolás le restregó la verga en el coño.
    
    —Estás muy mojada, mamá.
    
    —Si, hijo, si, métela un poquito a ver si ayuda.
    
    Nicolás le metió la punta. Entró tan apretada que casi se corre. Iria, lo notó, y se quitó la careta:
    
    —No te vayas aún, hijo, no te ...