Todo en casa - Relatos Eróticos

Todo en casa

Soy Melina, 44 añitos bien llevados, no soy una vedete de la Tv pero soy de buen ver, rosarina para más datos. Me casé joven, tuve dos hijos, Darío, hoy de 23 y Lucila, hoy de 21. Creía que había formado una hermosa familia pero mi marido me corneaba con una prima suya y la embarazó. Nos divorciamos. Al tiempo de ese drama comencé a masturbarme, se fue formando una costumbre cada vez más acentuada. Llegó a ser todas las noches y a veces varias veces. Una noche, a pesar de mis cuidados dejé la puerta entreabierta. En medio de una de esas pajas abro los ojos y veo a mis hijos en la puerta sonriendo. Me dice Lucila:
- Pero mamá si estás tan necesitada porqué no le pediste a Darío que te ayudara, si tiene suficiente garcha. -
- Mostrale a mamá. -
Darío a gran velocidad se baja el pantalón y los calzoncillos y y me deja ver un imponente miembro, semi erecto y unas bolas increíbles.
Yo, dura por la vergüenza y por la sorpresa de ver esa gran pija, no dije nada ni me moví. Darío se fue acercando con la verga en la mano, sobándola lentamente y la apoyó en mis labios.
Fue una explosión interna en mí. Abrí la boca y esa pija entró como en su casa. Lucila, ya desnuda, comenzó a besarme los labios vaginales y ...

... mordisquearme el clítoris. Tengo la vaga idea que mi cuerpo se arqueó en un  orgasmo indescriptible mientras mi hijo lanzaba un río de semen caliente en mi boca.. Por dejar esa pija adentro, me hizo tragar todo esa leche. 
Ya no hubo vergüenza, límites ni pudor para mí. Con mi vagina llena de esa verga tan sabrosa mi boca era una fuente de pedidos, ruegos de más y más sexo, con palabras de lo más soeces. Hasta bien entrada la mañana el sexo reinó en mi cama.
Luego, descansando los tres pregunté:
- Lucila, cómo sabías que Darío tiene esa verga? -
- Mamá, mientras vos todas las noches te pajeabas como loca, nosotros cojíamos como príncipes, en la cama de Darío o en la mía.-
- Ustedes tenían sexo? Siendo hermanos? -
- Hace años que cojemos y no somos celosos, Así que lo puedes usar cuando quieras. -
- Así que ustedes sabían que yo me hacía la paja? -
- Siempre lo supimos y buscábamos la forma que Darío te coja, hoy se nos dio. -
Nuestra casa es un ejemplo hacia el barrio de normalidad y buenas maneras, pero llega la noche, las puertas se cierran y se convierte en un aquelarre de sexo, semen, cuerpos calientes y sudados, palabras sucias, mezcladas con suspiros y caricias filiales.
Puedo decir que soy feliz con mis hijos..