Como me convertí en una perrita sumisa
Fecha: 26/01/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Gays
Transexuales
Autor: Patricia_69, Fuente: xHamster
... lograría colocar mi “clítoris” dentro de ella ya que a pesar de ser muy pequeño era difícil imaginar que entraría en ella, pero lo logré; el hilito de la tanga se perdió en la carnosidad de mi cola de forma que solo se veía un pequeño triangulito que salía por encima de ella. Me coloqué las pantys, de esas que llegan hasta mitad del muslo, el contraste de el color negro con mi piel blanca hacía que quedasen muy bien (además tengo muy lindas piernas, eso es algo que noté luego de que comencé a depilarme), me puse el vestidito que apenas llegaba a cubrir mi colita, me calcé los zapatos y me dispuse a contemplar mi transformación. Casi me desmayo, era realmente una señorita, con mi pelo largo natural peinado como una colegiala inocentona, mi carita angelical y mi cuerpo que nada tenía de masculino totalmente expuesto ya que el vestido era muy ajustado y permitía ver como mi cintura que es muy finita se ensanchaba hacia mis caderas y con mis improvisadas boobis hacían que nada tuviera que envidiarle a las chicas más lindas del cole. Giré para observar como me veía desde atrás y fue aun mejor, ver mi voluptuosa cola, aun más paradita que de costumbre por los tacos, que casi no lograba mantenerse dentro del vestidito fue algo que me hizo sentir tranquila, yo no había nacido para ser hombre. El nombre que decidí para mi fue Patricia y quería que desde aquel momento Carlos me llamara siempre así mientras estuviéramos solos.Carlos se demoraba demasiado por lo que, a pesar de sentir un ...
... poco de temor, decidí salir de la casa a ver si lo encontraba, vi la puerta de del granero entreabierta y me acerqué con mucho cuidado a ver si había alguien, cuando llegué a allí me asomé sigilosamente y no vi a nadie, por lo que decidí entrar. Recorrí el granero y no lo encontré así que pensé en volver a la casa para esperarlo allí. Estaba ya saliendo cuando siento una voz que me dice “hola” desde una especie de ático que tenía el galpón, mire asustada y vi que era un hombre de unos sesenta años que se encontraba ordenando unas cosas, pensé en salir corriendo pero esto me haría quedar más evidente, además estaba segura que no se notaba que no era mujer, lo que si, a pesar de mi peinado colegial y mi cara angelical, mi atuendo era más bien el de una perrita en celo. _“Hola – respondí con la voz más femenina que pude improvisar- buscaba a Carlos, lo ha visto por aquí”. _ “No señorita -dijo el hombre- y usted quien es…la nieta de Don Alfonso” (el abuelo de Carlos). _ “Si” fue lo único que atiné a responder, sin darme cuenta de que tal vez aquél hombre conociera a Claudia. _”Ahh, menos mal que vino –continuó-, ya le domé su caballo, venga que se lo voy a mostrar. _ “En otra ocasión – dije- hoy estoy un poco apurada” _ “Pero su abuelo me dijo que usted tenía mucho interés en eso, que ya se le fue” dijo el hombre con vos enojosa. No se porque fue, si por evitar enojar a aquel hombre o si porque estaba muy ilusionada con la idea de que él no había notado que en realidad yo no era ...