WhatsApp
Fecha: 27/01/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: priscilla69, Fuente: CuentoRelatos
Juan, era un prestigioso escritor, que cada semana ocupaba una columna en el periódico local.
Su tema eran las mujeres.
Hablaba de ellas maravillosamente bien, y ellas, claro está, le correspondían como eufóricas fans.
Había logrado tener un séquito de fieles seguidoras, que intentaban conocerle, hacerse fotos e incluso, seducirle.
Un par de ellas, habían conseguido hacerse con su número de móvil y hablaban por whatsapp con él.
Contestaba amablemente a sus preguntas, y le encantaba tener amistad con todas ellas, pero hubo una, que realmente llamó su atención. Al principio, le enviaba mensajes sobre cosas inocentes, pero tanto como avanzaba el tiempo, la cosa fue subiendo de tono.
Comenzó a imaginar cómo sería su voz, y la sentía aterciopelada y envolvente.
Su físico, lo había encasillado como perfecto. Escultural, con piernas torneadas, cintura de avispa y rostro angelical, acompañado de una larga melena. Pechos turgentes, bañados por el sol, y boca con continua sonrisa.
Todo empezó como un juego de niños, pero se estaba convirtiendo en uno propio de adultos y un poco peligroso, ya que Juan, tenía una vida paralela al whatsapp.
Salía con una persona desde hacía tiempo y la amaba. Pero tanto contacto con esa misteriosa mujer, le hacía dudar últimamente de su amor por María.
Una noche que tenía preparada una cena especial para poner a prueba la veracidad de su amor por ella, se lo comunicó a su amiga de whatsapp, y esta le respondió
-No te ...
... preocupes si lo tuyo con María no funciona. Yo te esperaré en mi casa, preparándote una buena cena en la cocina, en delantal, sin nada debajo.
La imagen de la mujer desnuda y sólo llevando el delantal, se plantó en su mente y ya no pudo apartarla de sí, en toda la noche.
Cenó con María, se echaron unas risas, y llegado el momento del postre, se pusieron manos a la obra.
Juan, ayudó a María a desnudarse con delicadeza. Le plantó dulces besos a lo largo y ancho de su cuerpo. Devoró su boca como pocas veces había hecho.
Su mano recorrió el sendero de su muslo, hasta posarse sobre sus húmedas bragas, que ya desprendían el calor de la excitación. Abrió las piernas un poco más, para que su mano hurgara con facilidad por entre su ropa interior, que Juan, arrancó de un solo tirón.
Él, tuvo que deshacerse de sus pantalones, pues tal era la erección que sufría, que la presión de la tela provocaba dolor en sus testículos.
Su boca tropezó con sus pechos, y alternaba devorando uno y otro. Los pellizcaba con sus dientes suavemente, succionando con los labios, mientras ella, se retorcía de placer.
María tomó con su mano la polla de Juan, que estaba dura como una vara de hierro, y ardiente, como si estuviese envuelta en llamas.
No se cortó ni un pelo, introduciéndola entera en su boca. La chupó con fuerza, pero no dejó que se corriera. Él, tampoco podía, pues se imaginaba en brazos de la misteriosa mujer del whatsapp, poseyéndola con la furia que no está escrita, y al ...